Hay momentos en los que echo de menos el estado de inconsciencia a niveles alarmantes; el no ver aunque sea sólo porque no se quiera hacerlo.
Uno de los precios que se paga por no tenerlo es soñar por las noches, y a veces es un precio muy alto, de cojones. Que todo lo tiene, muy bien, lo sé; no me importa, a pesar de eso con algunos te harías un "simpa".
Justo cuando me empieza a poder esa especie desordenada de angustia, cuando estoy a punto de rendirme, aparece en mi vida Danny Torrance, que sigue huyendo del hotel Overlook, de la memoria de su padre, y de si mismo. La magia de los libros, los momentos precisos. Wow.
"Date un día más, date una oportunidad más."
"Puede que esta hiperconciencia pase. Quizá sólo sea una fase, el equivalente psiquico al delirium tremens. Quizá si le diera un poquito de tiempo..."
Y leo frases como estas y me insuflo ánimo, me renuevo la esperanza como el oxígeno de los pulmones, que me viene bien. Es satisfactorio. Como las locas, yo sola.
Ver los fantasmas es difícil, no te quiero contar ya si te traen información de la que mueve las chichas día a día. Eso pasa con King, siempre deja datos debajo de lo escrito, siempre hay más de lo que parece entre los vampiros y los demonios. Es el 'Barrio Sesamo' de mi alma.
Estoy a treinta y tantas páginas de acabarlo. Ando leyendo con el libro abierto por la calle y por los andenes del metro, y aunque no es su mejor libro sí es muy bueno, ideal para estas fechas de jingle bells.
La historia que en principio es de esas de "venga hombre, ¿en Estados Unidos hay de todo o qué?", se hace creíble y mundana como bajar a por el pan porque los personajes son seres humanos a los que les pasa la vida sin preguntar si hay permiso, y los zarandea, y los descoloca, como a todos.
Lo paranormal y lo cotidiano, lo onírico y la crudeza, magistralmente mezclados de nuevo. Su dominio de la narrativa y de los tiempos, su imaginación poderosa. La novela, que engancha y seduce, es precognitiva, sanadora.
Tenías que llegar el último del año, eh, cabrón.
Ahora mismo no quiero pararme a pensar qué traerá el que viene. No obstante, lo leeré, lo viviré. Seguro que en algún punto me divierto.
Libro recomendado:
Doctor Sueño.
Stephen King.
"El mundo era el hotel Overlook donde la fiesta jamás terminaba."
(Ilustración: Elena Idígoras.)