En Twitter hay una cuenta que se llama @noviojoven. Habla (esto supongo que ya lo habréis deducido) de historias de mujeres relevantes que mantienen o han mantenido una relación con alguien menor que ellas. Abarcan más contenidos (literatura, teatro, cosas de cine y televisión...), pero el primero es su life motive. El caso es que aunque yo no tengo un papel relevante en la sociedad mundial, sí que tuve una vez un novio joven. En realidad casi todos han sido más jóvenes que yo, pero este se llevó la palma.
Hacía un año que me había separado. No había sido capaz ni siquiera de besarme con nadie desde entonces. Mis amigas, insistían en que ya era suficiente duelo; yo me negaba en redondo, huía hasta de quien me sonreía. Una noche, después de una función de café teatro, empezaron con la murga de siempre. No sé si fue el Ron negrita con Pepsi o el subidón de la función que había sido un éxito, el caso es que me tiré al DJ en el baño, como las groupies, más ancha pancha que nadie.
Cuando montamos en el coche para volver a casa lo solté con total normalidad. Me he acostado con uno -dije-. Me miraron todas a la vez. ¿Cuándo? -pregunto una-, ahora -contesté yo-. Y les conté todo.
Jamás había hecho antes algo así. Supongo que lo hice por liberar, para cerrar el duelo de la ruptura, porque estaba buenísimo el chaval... Vaya usted a saber qué se me pasó por la cabeza, por lo que fuera, lo hice.
No tenía intención ninguna de repetir; le di mi número de teléfono porque me pareció feo no hacerlo después de lo sucedido, únicamente. Él me llamó al día siguiente y al final quedamos a tomar un café. Ahí le pregunté la edad, me dijo que tenía 21 años, me mintió, tenía 19; yo tenía 28. Cuando me enteré un mes después, me quedé blanca como Lady Catelyn cuando Ned Stark le trajo un bastardo a casa. Pensé en dejarle en ese mismo momento, no lo hice; por un lado le había cogido cariño al chavalillo, por otro, me estaba viniendo bien el Kit Kat.
A lo tonto a lo tonto estuvimos juntos un año, me cogió luz nueva hasta la piel. Las nuevas generaciones venían enseñadas, además este tenía mucha calle.
Al final acabé dejándole, fue como lo de 'La niñera mágica', cuando ya hasta su entorno me quería (al principio se acojonaron), sentí que no me necesitaba, que tenía que vivir otras cosas a las que renunciaba porque yo ya las había vivido. También es cierto que se me quedó pequeño, a veces me sentía su madre, pero esta es otra historia. Hubo un momento en el que se terminó, sencillamente. Estas cosas a veces pasan se tenga la edad que se tenga.
Años después, aunque ya no tenemos casi contacto, nos seguimos guardando mucho afecto, como debe ser con la gente a la que has amado y ha formado parte de tu vida en algún punto; hasta somos amigos del Facebook. Actual y mainstream.
Quedó un bonito recuerdo de aquel año, el año en que tuve un novio joven.
ropadeletras.
(Ilustración by Elena Idígoras)
3 comentarios:
Muy, pero que muy interesante.
Me dan ganas
hasta de pedírtelo
prestado :)
¡Muchas gracias! Me alegra un montón que te haya parecido interesante. Puedes usar lo que desees. Que tengas muy buen día.
Cris (ropadeletras) :))
Publicar un comentario