En el Rastro hay que ir por las calles de atrás. Para encontrarse maravillas a veces hay que perderse por donde no va todo el mundo. En la vida ocurre igual... Tampoco siempre, pero en ocasiones sí. Es ir probando.
Lo que es muy posible, es que si te arriesgas y te dejas, descubras cosas guapas...
Ríete tú de Arco.
LIBROS.
(El Rastro da para inventar historias)
Las máquinas de escribir presidían las mesas.
El rítmico sonido del teclear en las noches de verano,
donde reinaban por igual el calor y el insomnio,
se diluía entre los otros murmullos de la ciudad...
...
También se ponían los ventiladores, que recordaban a Cuba, y en ocasiones las radios.
Ese mundo ya había quedado atrás
...
Continuará...
(Es un decir)
"Y se quedaba mirando las llaves en los puestos porque desde pequeña le gustaron las cosas que servían para abrir caminos. Algunas veces, se compraba una."
(Cada vez que se cierra una librería un ignorante recibe sus alas)
¡La mejor imagen de la semana!
¡VALE PARA TODO!
Y como no eran las Barbies de 'Toy Story',
las echaron todas a un cesto y las pusieron a la venta en el Rastro.
Al ser muchas, se hicieron amigas;
y por las noches, en el almacén, las liaban pardas.
Vivían bien.
Siempre me gustaron las maletas. Llenarlas para las aventuras, tenerlas abiertas en los hoteles,
dejarlas en el suelo al volver a casa e ir cogiendo las cosas de ellas en vez de deshacerlas.
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