En ocasiones en la vida, una tiene que hacer maletas de circunstancias; porque la vida, ella sola te lo pide, mejor echarle cuenta.
En esas maletas, la mayoría de las veces, metes ropa monocromática, porque tienes que adaptarte de una forma ecléptica a las situaciones que se van presentando a las mujeres cosmopolitas de hoy en día, como puede ser: Desplazarse junto a iglesias o cuidar gatos azules...
Lo pienso y me doy cuenta de forma consciente, de que a veces, también se viven vidas de circunstancias; vidas prestadas que resultan ser como aventuras de piratas en las urbes del S.XXI o luchas contra vicisitudes o la aparición de patronus. Momentos, en los que como dice la Allende "vives lo que hay que vivir sin resistirte, porque no es el momento de elegir, sino de andar" (o algo así, la esencia a grandes rasgos, es esta).
Está bien, así ha de ser... Yo por eso, en esta ante penúltima valija meto:
Unos pantalones capri blancos cortos
Un camiseta de tirantes también blanca... Porque vas con más luz y porque soy madridista...
Y unas zapas de esparto azul marino, para completar el look crucero.
Pulseras de cuero, bolsa de "La Marelle" y reloj de Alessi.
Y me pregunto de esta guisa, Chabeli en los 80: "Mola ¿no?... Sí". En verdad, esto promete ser muy divertido, como los veranos de los 28 y yo en este caso, sólo puedo decir, como cantaba Rosendo: "Prometo estarte agradecido".
Ahora, con vuestro permiso, voy a desayunar mientras oigo a niños cantar desde el patio de una guardería católica, canciones de misa
;)
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