El libro
Interior Castillo. Pasillos. Día.
Esperó a que cerrara la puerta de su estancia y se alejara por la galería, verle ladearse al caminar no sólo le causaba odio, también había una mezcla de repugnancia y vergüenza ajena; cada vez que se mostraba en público junto a ellos se apartaba lo más posible para que no la contemplaran a su lado, no entendía como Jaime podía quererlo tanto, pero así era.
Entró a sus aposentos y se dirigió con seguridad hacia donde él tenía los libros, le parecía absurdo que aquel monstruo leyera sin parar. ¿Acaso creía que iba a ser maestre? -pensó-.
A ella le gustaba leer aunque no en demasía, disfrutaba cuando lo hacía con Jaime porque él le contaba la historia de Poniente como si fuera un cuento y ella podía pasar horas escuchándolo. Cogió uno al azar. " - La conquista de Dorne, por el Rey Daeron" - leyó en el lomo - acarició un momento con sumo cuidado las letras doradas en relieve sobre el cuero y se puso el tomo bajo el brazo mientras se agarraba los bajos del vestido; salió sin molestarse en cerrar.
Recorrió los pasillos de camino a los establos agradeciendo no cruzarse con nadie, porque cada pocos pasos había de pararse para colocar bien su ropa interior. Le seguía doliendo la entrepierna y cualquier roce le hacía suplicar a los Siete para que se lo calmaran, pero los Dioses no la escuchaban, "- probablemente no aprueben el incesto - bromeó para si misma - después iré a buscar leche de la amapola". Se echó a reir y llegó a las caballerizas.
Sabía que el enano estaría allí, una de las gatas había parido una camada hacía poco y todas las tardes iba a alimentar a la madre para que tuviera leche para sus crías, se lo había dicho Jaime. De hecho, se le había ocurrido matar a uno de los gatitos delante de él en un principio, pero le pareció excesivo y por eso fue a buscar el libro.
Cuando se acercó, el pequeño de los Lannister agachado sobre sus cortas piernas acariciaba con cariño la cabeza al animal. La gata en cuanto vio a Cersei, bufó. Tyrion se dio la vuelta y al tratar de levantarse rápido cayó sobre la paja sucia, su hermana se rió a carcajadas.
- ¿Te caes bufón? - el pequeño observó lo que llevaba su hermana bajo la axila y se incorporó en silencio - Son esas patas cortas, te hacen perder la estabilidad, pero eso ya lo sabes, eres consciente de tu deformidad. - Tyrion no sabía por qué Cersei portaba su libro, uno de sus favoritos además, pero sintió una punzada de terror pensando en que podía hacerle algo - Tengo que hablar contigo, monstruo.
- Claro Cersei, dime qué-qué deseas - contesto el muchacho poniendo mucho cuidado en no disgustarla-.
- Quiero que te mueras, pero de momento eso no parece que vaya a ser - se encogió de hombros como si hubiera dicho algo muy divertido- quiero saber qué vistes añoche en las estancias de Jaime - el pequeño empezó a respirar de forma más acelerada, notaba cómo por más que quisiera el aire no le llenaba el pecho -. Y no me mientas.
- No vi nada - el bofetón le hizo caer de nuevo -.
- ¿Me tomas por idiota engendro? ¿¡Que qué vistes!?
- Te lo juro que no, que no vi nada de nada Cer... - la patada de su hermana le alcanzó en el estómago y le hizo contraerse por el dolor-.
- ¡Qué me lo digas! - Sus mejillas encendidas y su voz impregnada de cólera le amedrentaron, pero más lo hizo ver cómo deslizaba el volumen de "La conquista de Dorne" de manera descuidada hacia sus dedos.
- Por favor Cersei, te lo suplico, ese libro habla de el rey Daeron, el joven dragón y de su conquista sobre Dorne... Por favor.
- Como si habla de los Otros o de la Madre. Es tu última oportunidad y me estás enfadando - Tyrion sólo contemplaba como manejaba bruscamente la historia de uno de sus Reyes preferidos. Trató de acercarse extendiendo sus diminutos dedos y su hermana hizo que tiraba la obra. La miró mientras emitía un quejido y decidió rendirse como siempre hacía con ella, bajó de nuevo la mirada al suelo y suspiró-.
- Os vi besaros, Jaime estaba desnudo encima de ti, había sangre en el lecho y tú, tú gritabas... y él también. Sólo eso. - Cersei se quedó un momento parada y después dejó caer el libro abierto sobre la paja, con tranquilidad pisó las tapas y lo restregó para mancharlo más. Tyrion se lanzó al suelo a por él, llorando - no, no - susurraba -.
Justo cuando iba a volver a pegarle oyó la voz de Jaime a sus espaldas y levantó el pie retirardose un poco. "- ¿Qué pasa aquí?" - Cersei clavó los ojos en el pequeño de manera amenazadora y se volvió - "- A Tyrion se le ha caído un libro y le estaba ayudando a recogerlo".
Jaime miró incrédulo a su hermano menor que tenía el rostro demudado, "- ¿Es eso verdad?¿Se te ha caído? - Tyrion asintió evitando sus ojos - Vaya, lo siento mucho". Alargó la mano para ayudarle a incorporarse pero Tyrion no la tomó, se levantó como pudo y salió corriendo de modo torpe con su tesoro recuperado abrazado al pecho. Cersei le observó marchar mientras su mellizo resoplaba entristecido.
- Sigue enfadado por habernos visto. Seguró que se impresionó, es muy pequeño ¿Te ha dicho algo?
- ¿A mi? a mi no me dice nada ese enano - dijó con la impunidad a la que se había acostumbrado desde pequeña -. Está loco, no le hagas caso.
- No le insultes Cer por favor, es nuestro hermano. - Cersei hizo una mueca y Jaime no pudo evitar sonreír - ya hablaremos con él.
- Sí, sí, ya hablaremos con él.
- Bueno - concedió - Oye, que yo te estaba buscando. Padre quiere conversar con nosotros. Nos espera.
Cersei se sobrecogió como la ocurría últimamente cada vez que algo tenía que ver con Lord Tywin, al notar su miedo, su mellizo le acarició la mejilla con mucha ternura y le dio un beso suave en los labios. "- Todo irá bien, te lo prometo". La tomó de la mano y juntos se dirigieron al interior de la fortaleza.
Continuará
...
Personajes y lugares propiedad de G.R.R.Martin
Fanfin Jaime y Cersei.
ropadeletras. Marzo 2013.