Casa
Roca Casterly. El Valle. Atardece.
Era un cínico, como casi todos los guapos que saben de su condición, alto y espigado para sus 16, tenía el pelo rubio y desgreñado con ese descoloque justo de golfo que le hacía aún más seductor. Quería ser un caballero, como Ser Arthur Dayne y Cersei sería su esposa.
A esa edad Jaime ya sabía ladear la cabeza y sonreír de modo que todo el antiguo y poderoso Reino que habían fundado los ándalos suspirara tan solo a su paso a caballo. En cambio, todo su cinismo, su astucia y su desdén por las normas se derrumbaban cuando ella le sonreía. Su risa lo cautivaba, lo desarmaba y sin poner evitarlo se le contagiaba.
En parte Cersei era un doble de su hermano, compartían gestos además de muchos rasgos. Pero ella había cambiado mucho en los últimos años. Esbelta y de piernas interminables, la cascada rubia le caía por la espalda, era bella, muy bella. Ambos hermanos eran alabados por su hermosura en La Roca.
De los dos era la más enérgica, la que siempre se salía con la suya, pero a él no le importaba porque lo único que quería en la vida era estar a su lado y además sabía que aunque era una cabezota, también ella cedía cuando veía que él deseaba algo de verdad. Se complementaban.
La amó desde antes de nacer. Su tata les contó que llegaron a este mundo abrazados y que cuando les pusieron en la cuna por primera vez estaban juntos y hasta que Lady Joanna lo había visto y había comenzado a gritar que debían separarlos, no se habían soltado; pero no habían parado de llorar y al final su madre accedió a que los volvieran a tumbar uno al lado del otro para no volverse loca.
Recordaba vagamente a su madre, murió cuando nació Tyrion. Lo único de lo que se acordaba vivamente era de que la misma noche en la que ella falleció, él había corrido llorando a las estancias de su hermana, se había metido en su lecho y se habían estado besando y consolando el uno al otro hasta que se hizo de día, desde entonces ninguna noche había dejado de hacerlo.
La costa del mar Ocaso sonaba detrás de él en calma, eterna. Ella se había parado a unos metros, la luz del sol poniéndose a su espalda difuminaba su figura.
- ¿Qué haces ahí parado? ¿Por que no vienes? - preguntó extrañada de que no la siguiera.
- Te estaba mirando.
- Ah ¿sí? - susurró mientras daba unos pasos hacia él - Y ¿qué mirabas?
- Que eres muy guapa.
- ¿Muy guapa?
- La más guapa de los siete Reinos enteros. La más guapa que ha habido ni habrá nunca.
Cersei se acercó a su hermano que seguía clavado en el sitio, agarró cariñosa su cara con las manos y empezó a darle besos suaves en la boca, de vez en cuando paraba para mirarle o colocarle el flequillo, pero volvía a besarlo, cada vez con más intensidad. Jaime la abrazó y empezó a besarla también, con pasión, le mordía la boca y el cuello cada vez con más ímpetu mientras ella echaba la cabeza hacia atrás y empezaba a jadear levemente. La tumbó en el suelo y se tendió sobre ella, estaba muy excitado, ella lo notó y separó las piernas para que se acomodara entre sus muslos. Comenzó a reír, Jaime además de darla mucho placer la hacía sonreír cuando la tocaba y la besaba. Hundió la nariz en su cuello y le miró.
- ¿Quieres besarme en el pecho?- Dijo ella coqueta.
- Claro que quiero.- Jaime abrió la parte de arriba del vestido de su hermana y empezó a lamerla mientras caía la noche. Cersei arqueó la espalda.
Continuará
...
Fan fic Jaime y Cersei
Personajes y lugares propiedad de G.R.R.Martin
ropadeletras
Marzo 2013
4 comentarios:
Esperaré pacientemente tu nuevo fic.
Atentamente, Lady Catelyn Stark ;)
Muchas gracias Lady stark, será un honor teneos como lectora.
*Reverencia*
ropadeletras ;)
Me encanta :) Me voy corriendo a leer el 2º :) Adelante con el fic que tiene muy pero que muy buena pinta :)
¡¡Ayyyyyyyy que me da un alegrón "lo más grande"!! Muchas gracias por leerme y por los comentarios. Es un honor.
Un ciber beso :)))))))
Cristina ropadeletras.
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