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jueves, 1 de agosto de 2013

Vida de una Reina. Capítulo VI






Vida de una Reina

El reencuentro



Planta inferior de la torre de la Espada. Estancias Jaime. Noche

Jaime cerró el libro y se frotó los ojos, estaba cansado. Cogió el pergamino sin lacre de la mesa y lo releyó; al acabar lo arrugó y lo lanzó al fuego que ya se extinguía, lleno de rabia dio un puñetazo en la mesa para descargar su ira. Se alzó, tomó el cinto con la espada y lo colocó en su costado.

Miró de nuevo el fuego, el manuscrito había empezado a arder, al verlo consumirse pensó en Cersei… Cersei. La quería tanto.

El rey llevaba semanas en Invernalia, tiempo que él había aprovechado para desatender sus responsabilidades en la guardia y cuidar de su hermana.

Fue él quien consiguió que volviera a comer, al principio muy poco y  con su ayuda. Pero con los días lo hizo de nuevo sola. La recuperación estaba siendo lenta y dolorosa; el parto había dejado muchas secuelas en el cuerpo de la joven reina; sin embargo las pesadillas y los gritos eran casi peores.

Pasaba casi todo el día y las noches a su lado, incluso había logrado que riera en un par de ocasiones.

Cuando con al amanecer llegó el cuervo y la noticia del retorno del Rey Robert a Desembarco a Jaime se le quebraron todas las ilusiones. - ¿Qué creía? –se dijo con sarcasmo- ¿Qué no volvería? Había pasado el día pensando en cómo decírselo, temía su reacción. Al llegar la noche decidió que no podía retrasarlo más.

Abandonó la estancia camino de encontrarse con su hermana.

Cersei estaba mirando por el balcón. No se acostumbraba al hedor de la ciudad, pero sí le gustaban sus sonidos. Cuando estaba sola a la hora del lobo, se sentaba en el suelo apoyada en las balaustradas de piedra y escuchaba llegar hasta ella la vida de las calles.

Hoy estaba nerviosa, no sabía por qué un nudo se había instalado en su estómago a primera hora de la mañana. A eso debía añadirle que Jaime no había pasado en todo el día a visitarla, - estará ocupado –se dijo mil veces para parecer confiada-.

Miró de forma distraída hacia el interior de sus aposentos y dirigió los ojos a la chimenea que crepitaba tranquila, por un segundo creyó ver unos ojos observándola desde las brasas- Se rió de si misma, ya no tenía edad para creer en cuentos de Septas. Suspiró y volvió a contemplar el cielo cuajado de estrellas. Acertó a ver una fugaz, y pidió un deseo, un bebé, quería un bebé rubio… y vivo.

Las puertas de madera se abrieron y allí estaba él. Le miró y en su cara se dibujó una amplia sonrisa. Jaime se aproximó a ella, se agachó para quedar a su altura y la besó los párpados, cerró los ojos y recorrió su cara con la nariz. Al llegar a sus labios volvió a abrirlos y la besó, la besó con ganas guardadas de mucho tiempo, la besó como si fuera la última vez que fuese a hacerlo; comenzó a morder su labios con desesperación, con lujuria.

Cersei dudó por un segundo, él no había vuelto a tocarla desde la mañana de su boda con Robert. Había llegado a pensar que no volvería a acariciarla nunca más, sobre todo ahora que paría hijos muertos. Por eso cuando la besó de aquella manera, tumbándola en el suelo, ella dio un respingo.

-       ¿No lo deseas?

Jaime paró en seco y se quedó mirándola.

-       Más que nada en el mundo –musitó Cersei-

Se tumbó con cuidado sobre ella y continuó besándola mientras la desabrochaba el camisón.

-       Me había jurado que no lo volvería a hacer.
-       ¿El qué? –preguntó alzando la ceja-.
-       Desearte…

Cersei emitió un jadeo y dejó caer la cabeza hacia atrás mientras él comenzaba a lamerle el pecho.

Jaime la cogió en brazos como si fuera una pluma y la llevó al lecho. Cersei acarició sus hombros, anchos, su pecho, bajó hasta su entrepierna rígida, gimió e introdujo la mano en los pantalones.

El caballero de la guardia olvidó todos sus votos, sólo importaba ese momento, sólo importaba ella. Volteó su cuerpo y la tumbó boca abajo, la subió el vestido y las enaguas, separó sus muslos y recorrió su sexo con los dedos, en cuanto notó la humedad y el calor de su hermana, se colocó sobre ella y la embistió con celeridad. Habría querido hacerlo con delicadeza, pero no pudo. Cersei le recibió con un espasmo y un grito, volvió a sangrar. Jaime comenzó a moverse acompasadamente sobre ella, besando y mordiendo con suavidad su espalda, ella gozaba y él disfrutaba escuchándola jadear.

La llenó con su semilla en varias ocasiones esa noche y después durmió desnudo a su lado. No había preocupación alguna para él en Los Siete Reinos, esa noche no.

Cuando abrió los ojos a la mañana siguiente, ella estaba mirándolo y acariciando despacio un mechón de su cabello. Parecía una niña, su piel y su pelo brillaban, pero no tanto como sus ojos, en ellos había dicha… Y algo más, algo que no sabía qué era pero que había ocasionado un cambio rotundo en su hermana, algo casi físico.

-       Robert ha iniciado el retorno desde Invernalia, estará aquí en una semana. Quise decírtelo anoche pero no pude. –Suspiró y esperó su respuesta-.

Cersei agachó la cabeza. Su mellizo la abrazó.

-       Lo siento, te lo debería haber contado antes, yo…
-       Sssshhh. No, antes  no. –Llevó un dedo a su boca y la rozó- Entonces tendremos que aprovechar.

Se subió a horcajadas sobre él y le acercó los labios al oído.

-       Tenemos muchas noches que recuperar.




Continuará





Vida de una reina.
Fanfic basado en canción de hielo y Fuego.
Los personajes y lugares son propiedad de G.R.R.Martin.
Ropadeletras.
Madrid. Julio 2013.


8 comentarios:

Kahlan89 dijo...

oioio....Ya se anima esto xDDDD Ay...por favor...Jaime ahsdkahdkahd!

¡Genial el capi! I need more ^^

Cristina dijo...

Agsfsgdfsdsfgdhsfsh Jaimeeeeeeee!

Nena, esta mujer se merecía una alegría ya, jajajajajaja.

Gracias, gracias, gracias....

me hace muy feliz que te guste!!!!!!!!

Cris xDDDDDDDD

Athena dijo...

¡Sííí, una buena alegría, una docena! lkgfafjkjgdsdf

Cristina dijo...

Jajajajaja weeeeeeeeeeee Aghafxksagfasd ;)

Gracias por leer y comentar!!!!

Cristina xD

Anónimo dijo...

Genial me gusta mucho la pareja , aunque me gustaba mas la q hacia con sansa :D gracias tienes talento

Cristina dijo...

Muchísimas gracias, por leerlo y por poner tu comentario. Me alegro mucho de que te guste.

A mí también me encantaba con Sansa, los veía como un milagro juntos... Hay cosas que no pueden ser y sólo toca aceptarlo.

Gracias, gracias, gracias.

Cristina :D

Elora dijo...

Uyy, ¡que no había leído este capítulo! ¡Me estaba dejando lo más interesante! Jajajaja.

Bueno, bueno, la cosa ya se va poniendo muy interesante, veremos a ver cómo sigue la relación entre ellos cuando llegue Robert.

Cristina dijo...

Muchas gracias por leerlo y comentarlo, nenita.

Me alegro mil de que te haya parecido interesante.

Robert... Iba a decir "ese gran cabrón", no sería justa del todo, él también ha tenido lo suyo.

Un beso.

Cristina :)