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martes, 6 de agosto de 2013

Vida de una Reina. Capítulo VII




Vida de una reina

Robert


Jardines Fortaleza Roja. Exterior. Día.

Guiñó un ojo para mirar al sol, su calor era placentero, protector. En verano siempre se veían las cosas con más ligereza. Vino a su memoria aquel último pasado en la Roca con su hermano antes de que los separaran; suspiró, aquellos días empezaban a diluirse en el recuerdo.

No quiso pensar en ello. Llevaba unos días melancólica ante el regreso de Robert, tenía ganas de llorar a menudo y era incapaz de ingerir alimentos sin sentir nauseas. De hecho su cuerpo había dejado de admitir en modo alguno la leche de cabra. Comenzaba a intuir lo que le pasaba, no era sólo que él volviese. Cersei no había respetado la cuarentena, tampoco había tomado Té de la Luna en ninguna de las ocasiones en las que se había acostado con su hermano. Era bastante obvio lo que podía estar ocurriendo.

Fijó la mirada en su tripa y luego en el suelo. Descubrió un pequeño pájaro muerto, se levantó y le dio una patada para hacerlo desaparecer, era un mal augurio. Al verlo rodar alejándose, se abrazó a si misma.

Calculó que Jaime iría en breve a sus estancias para almorzar y se dirigió hacia allí.

Habían pasado la semana anterior robándole horas al sueño, buscándose de forma desesperada a cada instante, en cualquier sitio, sintiendo como heridas los momentos en los que no podían estar acariciándose.

Esa tarde en cuanto comieran, yacerían juntos, ella tendería a Jaime en el lecho, se desnudaría despacio, sin hablar, después besaría su sexo y se sentaría sobre él. Cuando su hermano la llenase con su semilla y se abrazaran aún jadeantes uno al lado del otro, le besaría y le diría al oído que creía estar encinta. - Un hijo de él, lo que más podía desear en el mundo -pensó alegre-.

Sin darse cuenta y entre ensoñaciones, llegó a la puerta de sus aposentos, entró con la sonrisa vistiendo su cara. Su gesto se congeló al contemplar las espaldas de su marido. Al oír el ruido el rey se volvió justo para observar el cambio de actitud de su esposa. Apretó levemente la mandíbula; no la amaba, nunca lo había hecho, pero le contrarió ver que su esposa se alegraba tan poco de encontrarlo allí.

-       Vaya, contén tu regocijo al verme, querida.

Fingió júbilo y se acercó a abrazarle, él apenas se movió, sus ojos albergaban una expresión que no sabía definir, comenzó a asustarse. Robert se llenó la copa que tenía en la mano, cogió otra de la pequeña mesita, sirvió y se la ofreció a ella.

-       Tomad.

Cersei negó con la cabeza, la posibilidad de tener un hijo de Jaime en las entrañas pesaba demasiado para arriesgarse. La expresión de Robert se endureció aún más.

-       ¿Por qué no hablas? ¿Acaso te ha arrancado la lengua el desconocido? ¿Rechazas el vino? Veo que han cambiado mucho las cosas en mi ausencia –dijo con desprecio-.

Se giró para dirigirse a uno de sus escoltas.

-       Id a avisar al Matarreyes, quiero que venga a custodiar la entrada de mis estancias. Rápido. –Sus ojos brillaron con malicia-.

El Guardia real salió de forma apresurada de los aposentos para cumplir el mandato real. Cersei sintió una arcada subir por su garganta, sabía perfectamente lo que significaba aquello. Robert quería poseerla mientras Jaime lo oía todo desde detrás de la puerta. Alguna vez lo había hecho en el pasado, en esas ocasiones, cuando Robert acababa y se dormía, ella lloraba la vergüenza abrazándose las rodillas. Odiaba a ese hombre, le repugnaba que la tocara.

El rey se dirigió al otro guardia que le acompañaba y le ordenó que esperase fuera el relevo de su cuñado. Cuando estuvieron solos, Robert se acercó a ella.

-       Estáis muy guapa, esposa –Uno de sus dedos toscos acarició su cuello y bajó por su escote hasta su pecho.- Parece que hasta os han crecido las tetas jajajaja –dijo pellizcándole un pezón.-

Cersei dio un respingo pero se mantuvo callada, no era capaz de articular palabra.

El hecho de verla acobardada acabó de excitar a su marido, la agarró por la muñeca y la arrastró hasta el lecho, la echó encima de él y se abrió los pantalones. Sin besarla tan siquiera le subió el vestido y de forma violenta rompió sus enaguas, instintivamente Cersei se protegió la barriga con las manos.

-       ¿Qué haces? No voy a pegarte, mujer, a menos que lo merezcas. Llevo muchos días sin tocarte, compláceme y todos estaremos contentos.

Se tumbó sobre ella y sin más la penetró. Ella notó un dolor sordo y lanzó un grito. Al momento lo reprimió, mas no fue por miedo a que el rey la pegara, fue por la degradación, por el pudor de que Jaime la pudiera escuchar.

Trató de buscar el lado positivo de aquello para no volverse loca. Si de verdad estaba embarazada de su mellizo, cuanto antes yaciera con Robert para que todo el mundo creyese que la preñez era de él, mejor. De todas formas serían unos pocos días, en seguida volvería a cansarse de ella y buscaría a las putas de Meñique. Cerró los ojos y sin pretenderlo imaginó que estaba en el mar Ocaso, el mar de su niñez.

Cuando su marido hubo terminado se quedó dormido como era su costumbre. Ella aprovechó para levantarse a lavar cualquier resto que quedara de él en su interior, una risa sarcástica le sobrevino cuando al hacerlo pensó lo diferente que era cuando se acostaba con Jaime, entonces, cuando él había terminado, a ella le gustaba acariciar su propio sexo con los dedos para oler a él.

Se secó y se puso un sencillo camisón carmesí con dorados leones rampantes bordados de forma delicada en el cuello. Al salir a la terraza y recibir los últimos rayos que el sol regalaba al día, se descubrió pequeños cardenales alrededor de los pechos. Trataría de que su hermano no se los viera. Suspiró resignada y apoyó los brazos y la barbilla sobre la balaustrada de piedra. Contempló los techos de la ciudad que se extendía a sus pies y susurró para si.

-       Algún día te mataré.



Continuará







Vida de una reina.

Fan fic basado en canción de Hielo y fuego.

Los personajes y lugares son propiedad de G.R.R.Martin

Ropadeletras. Agosto 2013.




Nota de autor:

Según aparece como referencia en Festín de Cuervos, Joffrey Baratheon fue concebido Por Cersei y Jaime en Piedraverde, en la isla de Estermont, ubicada en la tierra de las Tormentas.
Se dice que allí Robert engañó a Cersei con una prima suya y los mellizos engendraron a su primogénito. El clásico “ojo por ojo”. Lo que sucede es que para el devenir de los acontecimientos en mi historia, a mí me venía bien modificarlo, y como esto es un fic y al maestro Martin de igual modo no le gustan, pues yo lo cambio y “Santas Pascuas plin”.

Hasta el próximo capítulo, cíber lectores. Muchas gracias.




6 comentarios:

Elora dijo...

Menudo regreso ha tenido Robert... ya está haciendo de las suyas al obligar que Jaime custodie los aposentos y así escuche cómo se acuesta con su hermana. Aunque como bien piensa ella, le viene que ni pintado para esconder su infidelidad. Así que esta vez, la victoria se la ha llevado ella, jajaja.

Cristina dijo...

Gracias por leerlo!!!!! Gracias por comentar!!!! :DDDDDD Ay que contenta.

Oye, aprovecho para decirte dos cosas por si lees esto. El otro día no te dejaba comentar en apariencia, porque a partir de los 10 días de publicación de un post tengo que moderarlo, antes de ese plazo no.

Y otra cosa. Donde has leído "Leche de la amapola", era "Té de la luna". SÚPER ERROR!!!!! AINS!!!!! Ya está corregido.

Beso.

Cristina xDDDDDDD

Athena dijo...

La verdad es que da pena esta mujer... Muy buen capítulo, me gusta cómo expresas los pensamientos y sentimientos de Cersei :3

Cristina dijo...

Gracias por leerlo, nena, y por el comentario también.

Si he conseguido que tú, que tenías cierta reticencia hacia Cersei, sientas empatía con su pena, me doy más que satisfecha con el fic.

Se puede ser muy puta, en el sentido de cabrona... Hay veces que se tienen varios por qué.

Gracias de nuevo.

Cristina :D

Kahlan89 dijo...

Aquí Robert da asco *_* Pobre Cersei (no puedo creer que esté diciendo esto xDDDD9 Nunca sabremos en realidad lo que pasaba porque siempre tuvimos la versión angelical de Robert imaginada por Ned.

Me ha encantado el capi. ^^

"Algún día lo mataré" Ejem ^^

I need more!!! ^^

Cristina dijo...

Mira, el Robert angelical me lo paso por el forro, jajajajaja... ¿Hablamos del borrico que se obcecó con Lyanna y mató a Rhaegar y la lió pardísima en Poniente? GÑE para él.

Que yo sé que Cersei tiene lo suyo, vamos a ver, pero hostias que ha tenido un destino difícil esa señora.

ME ENCANTA QUE TE GUSTE. GRACIASSSSS.

Gracias por leerlo y por comentar, de verdad.

Haría bien en matarlo, ejem... Guiño codo guiño... frunzo el ceño ;)

Cris.