Es un lugar peculiar, único, inherente. Ya es un clásico del Madrid viejo, chato de los Austrias. Lo malo de ir en manada por esa calle de Arenal y quedarte rezagado del resto del grupo por quedarte viendo los libros, hasta incluso oliendo ese peculiar perfume a hojas vírgenes, sin haber sido leidas. Un rincón que sobrevive al paso del tiempo y al envite de Arenal. Amén del rastro, tengo un pecado pecador de no haber pisado el rastro en años... "Asín" de mal ando, pero todo es ponerse. Gracias por llevarlo hasta tu pequeño rincón :)
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Es un lugar peculiar, único, inherente. Ya es un clásico del Madrid viejo, chato de los Austrias. Lo malo de ir en manada por esa calle de Arenal y quedarte rezagado del resto del grupo por quedarte viendo los libros, hasta incluso oliendo ese peculiar perfume a hojas vírgenes, sin haber sido leidas. Un rincón que sobrevive al paso del tiempo y al envite de Arenal. Amén del rastro, tengo un pecado pecador de no haber pisado el rastro en años... "Asín" de mal ando, pero todo es ponerse. Gracias por llevarlo hasta tu pequeño rincón :)
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