Se habían besado tanto, que le escocían los labios, casi los tenía en carne viva.... Viva; era como se quería sentir.
Por eso, no paró de hacerlo, por eso y porque mañana se acababa el mundo. Mañana volverían los otros y cada uno tendría que reanudar su mentira. En silencio.
Buscaba limas casi desesperada, para escapar de las cadenas que ella sola había construido. Todos le habían dicho "qué suerte! El"... Otra cosa, parecía no valer.
Qué sabe nadie, quién sabe nunca. Tendría que haberse escuchado a si misma... Cada una tiene sus ojos.
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