Se despertó, él no estaba a su lado. No había ni el post-it de Carrie. A Ben nunca le gustó decir adios.
Froto sus escocidos ojos y buscó la soledad de su entrepierna en la penunbra de la habitación; pero unas pupilas de fuego la miraban desde la puerta del baño invalidando su privacidad.
Excitado, esperando a que cuando acabara, intentara salir del cuarto. En ese momento, comenzó a sonar el timbre que indicaba por la hora, que Olvido acababa de venir.
Penélope sacó las manos de debajo de las sábanas, se levantó, estiró sus largos brazos, extrajo él pijama del culo y se dirigió al aseo.
"La vida cambia en un segundo" pensó cuando abrió la puerta y lo vió con la máscara de Obama y la cuerda.
Se lanzó a sus brazos y sonriendo, le besó.
Se lanzó a sus brazos y sonriendo, le besó.
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