Con palabrotas

Aviso dos cosas antes de empezar:

1.- Voy a decir un montón de palabrotas en este post.

2.- Este de la foto no es mi retrovisor pero como si lo fuera, lo he cogido de google. Está como el mío pero la foto es más profesional... Bah, no, que tenía tal cabreo que no quise ni hacérselas al de mi coche.

Arranco:

¡Dios Bendito cuánto hijo de la grandísima puta hay suelto por el mundo! Yo sé que hay edades y estados en los que no se respeta la propiedad ajena... incluso situaciones. Ahora mismo me suda los cojones que no tengo.

Romper el retrovisor de su coche a alguien es una putada gorda en cualquier situación, pero hacérselo a un coche de pobre no tiene nombre. Eso es maldad en la sangre. No importa, me voy a poner vengativa y escorpio: ¡TODO LO QUE SALE ENTRA!. Ya.

Al rompérmelo, sin abono y sin cuartos para arreglarlo, me veo obligada a gastarme casi nueve pavos que tampoco tengo en ir al curro a diario. Ante estas circunstancias, desde hoy y hasta el día 1 que me compre el abono de "¡83 pavos para que use usted el transporte público!", estaré en casa de Anita. Allí tendré mi 3G en el I-Phone pero no portátil, asíque me voy unos días. Creo que la vida me chilla que es momento de leer y vivir y no de escribir...

De todos modos, me doy cuenta que "el universo conspira a mi favor", y que todo pasa por algo... y conviene, asíque, a lo mejor me tenía que pegar cinco días sola en Lavapiés aprovechando los últimos días de sol y calle "perleando", libre como el viento y los pajaritos que viven libres.

No sé muy bien por qué, pero después del cabreo inicial, siento que todo está bien.

Feliz hasta que nos leamos.

;)