En el país de los elfos, le preguntó que si la quería. Él le dijo que es que tenía una batalla que librar. Ella se dio la vuelta en silencio y se marchó.
Al final, por avatares del destino, acabó con un mago. Vivieron unas cuantas aventuras, y cuando se cansaron de recorrer cuentos de hadas y fantasías épicas, se asentaron en New York y adoptaron un gato callejero, como en 'Desayuno con diamantes'.
FIN.
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