… Debo decir antes de seguir, que la vida es desde mi punto de vista como un circuito de fórmula 1; bueno, para ser más exactos; como una carrera de Formula 1, pero con lluvia casi extrema, y neumáticos mixtos… Se lo digo siempre a todo el mundo –“la vida es una carrera de Fórmula 1”. Bueno lo decía, porque yo antes hablaba mucho, con cualquiera, hasta sentada en la parada del autobús… Ahora me he hecho más selectiva con las palabras, y más anacoreta, con las personas.
El caso es que yo decía: “la vida es como un circuito de F1”: Sabes con que carga de gasolina sales, en que puesto. Cuantas vueltas y paradas tienes programadas; pero en cuanto se pone el semáforo verde, la cagastes si te encula un monoplaza y te saca de la pista; o sale el safety car, por culpa de que otro se estampe, o tuya, o la cagan los mecánicos en un repostaje. O te mira el hermano “un poco tuerto” de Hamilton… tantos “oes”. Y te da igual llevar un Ferrari o un Renault ante las grandes vicisitudes de la vida. Ante las pequeñas con un Ferrari vas más sobrado ”… No lo juraré como un axioma, pero casi.
Igual Carrie Bradsaw siempre decía, que si te caes, la única opción que tienes es volver a levantarte… Y eso, es una verdad como un templo jurado por Dios.
Yo me rompí en Mayo del 2008, pero literalmente, se cayó todo lo que yo tenía concebido como mi vida real. Me quedé sin curro, sin dinero, sin novio –que luego volvimos-; sin ilusiones olímpicas, sin gato (en una semana tuve que pedir para poder sacrificarle –jodido pedir para sentirse una asesina-)… Eso sí, me quedé con mi perro guru guru y mi alquiler, eso también. Pero, a parte del perro: “Me ví, más sola que Escarlata O´Hara, tirada al pie de la escalinata de Atlanta; cuando se piraba Reth”... -sólo que sin esclavos negros, ni el futuro económico resuelto...
El caso es que yo decía: “la vida es como un circuito de F1”: Sabes con que carga de gasolina sales, en que puesto. Cuantas vueltas y paradas tienes programadas; pero en cuanto se pone el semáforo verde, la cagastes si te encula un monoplaza y te saca de la pista; o sale el safety car, por culpa de que otro se estampe, o tuya, o la cagan los mecánicos en un repostaje. O te mira el hermano “un poco tuerto” de Hamilton… tantos “oes”. Y te da igual llevar un Ferrari o un Renault ante las grandes vicisitudes de la vida. Ante las pequeñas con un Ferrari vas más sobrado ”… No lo juraré como un axioma, pero casi.
Igual Carrie Bradsaw siempre decía, que si te caes, la única opción que tienes es volver a levantarte… Y eso, es una verdad como un templo jurado por Dios.
Yo me rompí en Mayo del 2008, pero literalmente, se cayó todo lo que yo tenía concebido como mi vida real. Me quedé sin curro, sin dinero, sin novio –que luego volvimos-; sin ilusiones olímpicas, sin gato (en una semana tuve que pedir para poder sacrificarle –jodido pedir para sentirse una asesina-)… Eso sí, me quedé con mi perro guru guru y mi alquiler, eso también. Pero, a parte del perro: “Me ví, más sola que Escarlata O´Hara, tirada al pie de la escalinata de Atlanta; cuando se piraba Reth”... -sólo que sin esclavos negros, ni el futuro económico resuelto...
Continuará..
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