Ayer domingo, tuve un día libre por fin ¡Yujuuu!, que me hacía mucha falta la verdad. Así que como la Fani me cubría las obligaciones (gracias nenita de corazón), yo me pegué el día en la cama... Bueno de la cama a la nevera, de la nevera a la cama, de la cama a la ducha y viendo películas en bucle.
Comí tortilla de papas de la Fani, zumos de plátano de Granini, nueces peladas, gazpacho, galletas del Príncipe...
Escribí un par de post, petardeé en el face...
Hasta oí misa de 7 por la ventana de mi habita (que nuestra casa da a la parte de atrás de una iglesia y a una guardería de monjas)... También oí regarse a los vecinos del bajo que tienen patio, que hasta jadeaban las criaturas de la alegría; que yo miré y todo por la ventana... Para ver, vaya por cotilla...
Así que ayer pasé lo que viene siendo, un domingo perfecto en Lavapies. Gracias mil a todo y más a quien corresponda.
¡Ah!, que me olvidaba. Y con Turi a mi lado todo el rato, que es un gato súper amoroso y que las está pasando canutas con el calor el animal... La niña es que anda en el pueblo con mis padres, porque este mes no la puedo echar mucha cuenta... Y aunque se que es lo mejor para ella, la extraño tanto... Que a veces hasta me duele.
Quiero ser rica y vivir de escribir todo lo que me plazca en mi casa, para poder tener a la perrilla a mi lado y darla paseos sin parar por parques fantásticos donde pueda correr... Y quiero un Mac y un vestidor y muchos besos... Ya por pedir... Por si acaso.
:)
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