Para nosotras las chicas, habitualmente las relaciones son como un partido de futbol, en un solo segundo pasas del cielo al infierno...
Todo puedes depender simplemente de una llamada o de un silbato y aun cuando te llaman, una sola frase, puede hacer que te sientas campeón del mundo o perdedor en octavos.
Y llegados a este punto y aun reconociendo la dificultad que tienen ellos para ejercer de Príncipe Azul, debo decir; que aunque ser mujer es siempre maravilloso, en ocasiones se torna duro de la ostia.
Estás deseando el zsa zsa zsu que provocan los primeros besos y los goles y luego convives con el pánico de que te empaten o ganen en el último minuto y se rompa el equipo perfecto que formaban los latidos de tu almita.
A veces se anda contenida como una comentarista con prisas por el pitido final y rezando a quien haga falta para no perder el balón que es tu cabeza y/o tu corazón.
Igual, aunque con miedo, yo se que el que no se arriesga a lanzar el penalti, no va a ser recordado nunca como el que salvo el país y tampoco gana en los sentimientos... Y la sensación de victoria merecida es tan maravillosa.... que nos seguimos arriesgando a ser fan del futbol y del amor.
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