“- ¿Dónde vas cara guapa?”
Le miró, él la miraba a ella, le gustaron sus ojos y su corbata.
Insistió el. Ella no se movió, el muñeco verde empezó a parpadear.
“-Te llevo”
“-No”
“- ¿Por qué?”
El muñequito se puso rojo. Ella echó a correr, la acera estaba cerca. El sacó el coche de la circulación y dio las luces de emergencia a su lado. Salió del vehículo.
Era alto y guapo, moreno y flaco, quizás un poco pijo.
Repitió. Ella quería irse, pero no sabía por qué también quería quedarse.
“-¿Por qué no quieres que te lleve a casa? Vas al tren ¿no?”
Volteó la cabeza. Imponente se levantaba tras ella, la estación de Atocha.
“-Sí”
“- y entonces ¿por qué no me dejas?”
“- ¿Y si me torturas, me violas y me asesinas?”
“- Joder, ¿en ese orden?”
“- O en otro”
“- Ok. Antes de eso, ¿cómo has dicho que te llamabas ojos grandes?”
“- No te lo he dicho”
El la sonrió y ella se dio cuenta de que también lo hacía.
“- ¿Y un café antes de ese tren? A ver si lo descubro”
…
Continuará
…
O no.
2 comentarios:
Que continue por dios!
Ja, ja ja. Graciassss, ando pensándomelo...
Muy buen domingo :))))))
Cristina
Publicar un comentario