El universo conspira a tu favor

El universo conspira a tu favor

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martes, 30 de abril de 2013

the following





Hace tiempo, quizás desde que comencé a ver TBBT o Game of Thrones que una serie no me enganchaba tanto desde el segundo cero. Esta lo hizo; después escuché "Sweet Dreams" de Marilyn Manson... Y entonces la vi y mi boca se fue abriendo paulatinamente más y más, ¡hostia puta! Y yo no suelo escribir palabrotas pero ¡JODER! Brutal, de dejarte sin palabras desde la premisa del guión hasta el infinito y más allá.

Un profesor crea un grupo de acólitos que le ayudan a cometer crímenes basándose en el romanticismo gótico y en la obra de Edgar Allan Poe.
Yo soy muy fan de Poe, no tanto como para meterme en una secta de asesinos en serie jajaja, pero sí para verle un punto que lleva más allá de lo meramente escrito.

Tragedias humanas, corazones perdidos que buscan una razón de ser (equivocada o no, este es otro tema), el alma de cada un@ en la vida viviéndola como una batalla. Y la acción, el suspense que te mantiene el corazón en un puño cada minuto del capítulo.
Hoy voy a ver el sexto cuando acabe de comer y me eche la siesta, y sé que esta noche la emiten en TNT aunque no tengo idea por qué capítulo van en la cadena, bah, luego me entero. Para los que no tengan el canal de pago y que tampoco vean series en internet, sabed que pronto la van a emitir en La Sexta. Os recomiendo encarecidamente que le deis una oportunidad. Amén. No tengo más que añadir.




Bueno sí, esto:

http://youtu.be/QUvVdTlA23w

También recomiendo "Sweet Dreams" de Marilyn manson. Nunca fui demasiado fan de él, pero desde que oí esta canción me la imagino como fondo de un polvo, ¿el próximo? quién sabe nunca, quién sabe nada. ¿Guarrería? Y sí, no me importa.


 
Este post va dedicado a mi amiga Eugenia.
Feliz no cumpleaños.
 
 
ropadeletras.


sábado, 27 de abril de 2013

Acción valiente del día: Volver.

 
 
Acción valiente del día:
 
Volver a escribir
 
Aunque no crea que tenga calidad lo que haga, aunque no me guste
o sienta que mis palabras están un poco vacías...
 
Retomar.

jueves, 18 de abril de 2013

Jaime y Cersei. Capítulo final



El adios
Interior estancias Jaime. Al alba.
La luz gris se filtró entre los pesados cortinajes de terciopelo granate anunciando que amanecía en la Roca. los primeros pájaros de la mañana empezaban a trinar. A pesar de que era verano hacía un frío extraño, aciago, que se le metió en el cuerpo a Cersei y le llegó a los huesos y los pulmones, supo al instante que no era un buen presagio y se cubrió con las sábanas mientras la recorría un escalofrío. Volvió la cabeza hacia su hermano que permanecía dormido con un gesto despreocupado; no podía definir que la pasaba, pero notó que comenzaba a axfisiarse, se tapó la boca con la mano para no despertarle con sus gemidos y comenzó a sollozar con el desconsuelo propio de los niños pequeños.
Cuando al cabo de un rato consiguió calmarse acercó su cuerpo al de él con cuidado, su piel emanaba ese calor que siempre la reconfortaba, la llevaba a un sitio conocido donde se sentía feliz y protegida, pero esta mañana no era así. Olvidando el sigilo le abrazó y comenzó a susurrarle al oído su nombre como si al decirlo hiciera más real todavía que estuviera allí - Jaime, Jaime, Jaime... - repitió hasta despertarlo -.
Sus ojos verdes se abrieron, grandes, hermosos, y la sonrió nada más verla, entonces se fijó en sus lágrimas.
- Ey ¿Qué le ocurre a mi niña? Shhhhh, tranquila, tranquila - la estrechó contra su pecho y comenzó a acunarla - estoy aquí Cersei, no pasa nada, deja de llorar por favor.
Oírle sólo consiguió que ella abandonara todo celo y llorase más fuerte apretándose contra él.
- Te vas a ir. Te voy a perder... No-no podemos, no tenemos destino juntos ¿es que no te das cuenta? - comenzó a apretar la mandíbula de tal modo que su mellizo creyó que se la iba a partir - Te voy a perder Jaime... Ya te he perdido.
Él sabía que ella tenía razón, quería mentirla para mantenarla a salvo del dolor pero era inútil, sabía que era verdad por más que quisiera negárselo a si mismo. Los días habían pasado rápidos y ajenos como lo hacen las jornadas de los amantes destinados a decirse adiós.
Últimamente habían buscado cada segundo para amarse a escondidas, no sólo por las noches en los aposentos de uno u otro, lo hacían en el bosque, en el acantilado, incluso una vez en las caballerizas arriesgándose a ser encontrados, en cualquier sitio; era como si no les importara nada, una locura febril les llevaba con desesperación constante.
Cersei se tumbó encima de él como hacía cada vez que acababan de hacer el amor, el miembro de Jaime se endureció al instante, ella llevó su mano hacia él y comenzó a acariciarlo, su mellizo arqueó la espalda y lanzó un gemido, pero retiró con amor los dedos de la muchacha.
- No Cer, nos queda poco tiempo juntos, prefiero abrazarte y sentirte junto a mi que acostarnos, no sé el tiempo que tenemos y no quiero hacerlo rápido, te mereces que te cuiden - ella profirió un lamento desconsolada y se fundió en sus brazos- Ya, ya - trató de apaciguarla - volveré contigo, de verdad, no sé cómo ni cuándo pero te prometo que volveré de algún modo y ya nadie podrá separarnos nunca más.
Ambos sabían que eso no era cierto, pero los dos hicieron como que se lo creían.
El sol ya había subido a lo alto del cielo cuando llamaron a la puerta. Se separaron de un salto y Cersei se escondió debajo de la cama.
- ¿Sí? - dijo él con aplomo -.
- Jaime, soy Tyrion, ¿puedo pasar?
La rubia melena de ella apareció de debajo del lecho con el gesto transido de odio. ¿Pero es que ese monstruo no les iba a dejar nunca en paz? - pensó -. Jaime la calmó con un gesto de su mano al notar su cólera y respondió.
- Pasa Tyrion - El pequeño de los Lannister entró y cerró la pesada puerta de roble con cuidado, había venido corriendo, le faltaba el resuello; reparó en Cersei pero volvió los ojos a su hermano -.
- He venido todo lo rápido que he podido, imaginaba que estábais durmiendo juntos. Padre ha ordenado que vengan a buscaros, se ha adelantado la partida a Harrenhal, sales hoy, ahora - después de decir esto agachó la cabeza - no quería que os pillaran, por si os hacían algo y todo eso.
Los mellizos se miraron un momento en silencio. Era el adios, ella salió de su escondite y se sentó ausente en una silla mientras Jaime se incorporaba y comenzaba a vestirse. Cersei clavó la vista perdida en el suelo retorciendose las manos, no quería verlo marchar, no quería darse cuenta de que su cuento de hadas se había terminado pero así era. Al cabo de lo que le parecieron nada más que unos pocos segundos él estaba preparado, se acercó a ella, levantó su barbilla con el dedo y le dió un suave beso en los labios.
- Volveré te lo juro, volveré. Créeme.
Su hermana no fue capaz de contestarle, sólo miró a sus profundos ojos y comenzó a llorar de nuevo. Jaime se incorporó y se dio la vuelta para que ella no le viera la mirada húmeda. Salió de la estancia con su hermano pequeño saltando detrás de él. Cuando se cerró la puerta y ella tomó conciencia de que probablemente no volverían a repetirse aquellos días quiso fallecer.
Las horas fueron pasando inexorables hasta que se atrevió a levantarse y salir al balcon, no hubiera podido decir cuantas fueron. Respiró todo el aire que pudo y comprendió que una parte de ella había muerto con su marcha. Se juró que nunca volvería a dolerle el corazón de aquella manera. No se lo permitiría a si misma. Jamás.
Fin.
Fanfic Jaime y Cersei
personajes y lugares propiedad de G.R.R.Martin
ropadeletras.
Abril 2013.





Gracias a tod@s los que lo hayáis leído (entero o a capítulos sueltos)
 espero que os haya gustado.

Cristina ropadeletras

lunes, 8 de abril de 2013

Madame Bovary

Acabo de terminar Madame Bovary, hoy justo, esta mañana y sólo puedo decir: Que tristísimo.
 
Yo creía que lo había leído de chica en el instituto, al empezar de hecho todo me sonaba mucho, pero a medida que avanzaba me daba cuenta de que no era así, es de esos libros que te obligaban en un momento que no era el propicio y que con el tiempo has mezclado en tu memoria. Bien, a mi a este no me obligaron.
 
Que pena he sentido, por todos, cada uno en su circunstancia, en su desencuentro y en su vorágine, que pena los quereres a destiempo, que ganas de que sucediera un milagro y todo fuera posible. No creí que acabase llorando, pero así ha sido. Hoy toca llorar.
 
Habréis comprobado quienes me leéis con asiduidad (si es que hay alguien en esa cicunstancia) que casi no escribo últimamente; mandé hace relativamente poco una cosa a un concurso, traté de iniciar (que ya he recopilado el material) un manual de dramaturgia, pero no tengo muy claro por dónde tirar. No sé que hacer y lo peor de todo es que no me importa.
 
Voy a parar un ratito. No sé cuanto tardaré en volver. Ahora mismo no tengo nada más que decir, y decir por decir ¿para qué?
 
Hasta que volvamos a olernos cyber lectores.
 
 
ropadeletras.

viernes, 5 de abril de 2013

Jaime y Cersei. Capítulo VII



La piel
Interior aposentos Cersei. Noche. Arde el fuego.
 El calor y un dolor sordo la hicieron espabilarse, gimió de forma leve y se llevó la mano a la planta del pie haciéndose un masaje. Estiró la columna y cuando le dio un nuevo latigazo la prudencia le hizo parar todo movimiento para observarse, vio los moratones y levantó lentamente la cabeza.
Allí estaba Jaime tumbado a su lado, dormido, a pesar del daño que sentía por todas partes no pudo evitar sonreír, él se encontraba con ella. Recordaba haber salido de la Roca con el potro de Tyrion, escuchar a Jaime a su espalda y poco más, pero el cuerpo lleno de cardenales la hizo pensar que se había caído del caballo, "mandaré matar a ese penco" - reflexionó -.
Se incorporó como pudo y sentada en el lecho recapituló los últimos acontecimientos. Lo de Raeghar ya no iba a ser, no es que quisiera casarse con nadie que no fuera Jaime, pero puestos a un matrimonio convenido, mejor un príncipe de ojos violetas y cabello de plata. Ahora, debía ir a Desembarco del Rey con su padre mientras su mellizo se marchaba sólo a Harrenhal donde estarían gran parte de los hombres más poderosos y las mujeres más bellas de los Siete Reinos, incluida esa tal Elia de Dorne con quien su madre le quiso casar y era la que ya la había humillado quitándole a su esposo. Se moría de celos sólo de pensar que él podría mirarla y verla guapa, a ella o a cualquier otra, "¿y si la dejaba de querer?", una lágrima rodó por su mejilla, se la limpió con el dedo y reprimió el llanto tragando saliva, "una leona no llora" - se dijo a si misma -. Pero la certeza de la próxima distancia no la permitía respirar por muy leona que fuese y muy poco que quisiese reconocerlo.
No quería que ocurriese nada de lo que estaba pasando, todo le venía muy grande, todo era un calvario y no estaba acostumbrada a eso desde el fallecimiento de su madre, pero tenía cuatro años entonces, la vida la había cuidado tras aquello. Su padre la ignoraba con fingido desdén e intentaba cruzar lo menos posible la mirada con ella; una vez de niña, escuchó escondida en las cocinas a las que había ido a robar pastelillos de limón para ella y su hermano como la cocinera le contaba al herrero que el padre odiaba a la niña porque era la viva imagen de su madre. Pero a la pequeña la daba igual que no la quisiera nadie, Jaime la quería por todos juntos y más, no necesitaba ninguna otra cosa.
Acercó los labios al brazo desnudo de su hermano y comenzó a besarlo con delicadeza, lo lamió con la punta de su lengua y acercó su cuerpo al de él, la calidez que emanaba y su aroma le erizaron el vello de la nuca. Cersei se colocó a horcajadas sin reparar en sus dolores sobre Jaime y se acurrucó en su cuerpo. Unos minutos después estaba dormida.
Cuando despertó y lo primero que vieron sus ojos fue su melena rubia, instintivamente la besó, la encontró tumbada hecha un ovillo encima de él como tantas otras veces y sus labios dibujaron una sonrisa; estaba viva y se encontraba bien.

El miedo que había tenido cuando la recogió como si fuera una muñeca de trapo del suelo en el valle le hizo correr hasta el castillo con ella en sus brazos sin sentir siquiera que la llevaba. Su padre había salido con urgencia de La Roca tras hablar con ellos. Cuando Tyrion les vió aparecer en el patio, voló hacia los mellizos, cogió la mano que colgaba inerte de su hermana y comenzó a besarla, "no te mueras por favor" - gemía el pequeño de los Lannister- "Ya no más, tú no, ya no más ". Los maestres la atendieron y después la llevaron a descansar a sus estancias. Jaime se negó a moverse de su lado ni un sólo segundo.
Volvió a besarla y la apretó más en el abrazo, su virilidad se endureció al instante por tenerla sobre él, sin poder evitarlo jadeó y por instinto puro se apretó contra el sexo de su hermana; entonces, la recostó con mucho celo y comenzó a desatar los lazos de su camisón, recreándose. Cersei abrió los ojos.
- Hola mi amor - le susurró ella-.

Jaime se acercó a su boca.


Continuará
...
Personajes y lugares propiedad de G.R.R.Martin
Fanfic Jaime y Cersei.
ropadeletras. Abril 2013

lunes, 1 de abril de 2013

Jaime y Cersei. capítulo VI



Padre
Interior Roca Casterly. Día.
Cersei se paró en seco y soltó la mano de su hermano antes de entrar, alisó el terciopelo verde de su vestido y se recompusó el peinado de forma recatada. La única persona que le provocaba miedo en el mundo se encontraba tras aquellas puertas de roble macizo. Jaime la miró y pasó los dedos por uno de los pájaros bordados de sus mangas. "Estás muy guapa. No te preocupes" - le susurró con cariño mientras le sonreía para tratar de darle fuerzas - La muchacha respiró una bocanada de aire para llenar el pecho, como si intuyera que dentro de aquella estancia le iba a faltar el oxígeno. Él abrió la puerta y se apartó para dejarla pasar primero.
Lord Tywin levantó la cabeza de sus pergaminos ante la llegada de sus hijos mayores. Dejó la pluma a un lado y entrelazó los dedos.
- Creía que os iba a tener que esperar el día entero.
Jaime fue a sentarse en una de las sillas de la mesa del consejo, pero una mirada de su padre le hizo comprender que era más oportuno quedarse en pie.
A ti no te necesitaré mucho tiempo - dijo dirigiéndose a su varon - Mañana saldrás para Harrenhal al amanecer - ambos hermanos se miraron sin acabar de comprender -.
- Padre - se atrevió a decir Jaime con sumo cuidado - ¿Podré participar en el Torneo de Whent?
Lord Tywin esbozó una sonrisa que no tenía nada que ver con la alegría.
- Participarás y ganarás, el hijo de la mano del Rey no puede hacer otra cosa. Además Aerys estará allí, quiero que vea el poder de la Roca en todo su esplendor - Jaime asintió - ahora puedes marcharte. He de hablar con tu hermana a solas.
- Pero... - intentó continuar -
- He dicho que puedes marcharte. Cersei, toma asiento.
El terror se reflejaba en la cara de ella, ni siquiera fue capaz de mirar a su hermano cuando este salió cabizbajo del salón. Se sentó en silencio lo más recta que pudó y aguardó a que su padre continuara.
- Como sabes, el príncipe Rhaegar te ha desestimado. No eres lo suficiente buena para él - Cersei acusó el golpe, no lo sabía, pero sintió que la voz de reproche la hacía culpable a ella de ese rechazo - tendremos que cambiar de planes. He pensado que mientras Jaime nos representa en Harrenhal, nosotros deberíamos ir a Desembarco del Rey a buscar otra opción que sea más adecuada para nuestra casa e intereses, o como mínimo lo menos dañina posible. Saldremos dentro de dos días. Prepara tus mejores trajes.
¿De qué intereses la estaba hablando? Los de ella desde luego no eran. Hizo amago de levantarse, el golpe de cólera casi había provocado que olvidará quién era su padre y cómo se comportaba cada vez que había tomado una decisión, él clavó sus ojos en ella.
- ¿Algún problema?
- Sí... Bueno no... Padre, por favor, yo quiero ir a ver el torneo, ¿no podríamos ir los tres juntos? y después si seguís considerándolo marcharé con vos a Desembarco... O a donde queráis, pero os lo suplico, permitidme ...
El señor de la Roca dio un fuerte puñetazo en la mesa y los tinteros que había encima cayeron sobre los pergaminos inutilizando varios. Una criada apareció de la nada y empezó a recogerlo todo con celeridad.
- No toques nada - gritó Lord Tywin - Y sal de aquí. ¡Ahora mismo! - la sirvienta agachó la cabeza y desapareció, él volvió la mirada hacia su hija. La misma rigidez de su gesto se notaba también en sus movimientos -. ¿Que te permita? Te han desechado, Cersei, no estás en condiciones de pedir ninguna concesión. Partiremos dentro de dos días y no hay más que hablar, ahora puedes retirarte.
Supo que la conversación había finalizado, debía callarse, se levantó e hizo una reverencia a su padre conteniendo el llanto, pero en cuanto se encontró en los pasillos las lágrimas surgieron sin que las pudiera controlar; se apresuró a salir de allí, necesitaba ir a algún sitio donde poder chillar y desgarrarse sin ser vista. Se estaba ahogando. Corrió cuanto pudo a los establos y sin preguntar cogió el caballo que estaba ensillando el encargado de las cuadras.
- Mi señora - trató de avisarle el mozo -, es el caballo de vuestro hermano Tyr...
No le dejó terminar las frase. Como pudo, recogió los bajos de terciopelo de su vestido, pusó un pie sobre el estribo y salió cabalgando a toda velocidad de la Fortaleza.
Jaime se encontraba sentado en la balaustrada de piedra junto a su hermano pequeño cuando la vió marchar. Atemorizado chilló - "Cersei" - pero ella ya había desaparecido por la puerta del castillo. Hizo un gesto nervioso a Tyrion y se dirigió a toda velocidad a buscar un corcel para perseguirla. Cuando llegó al camino, la divisó en los linderos del bosque. Espoleó a "Furia" y fue tras ella. Su temor crecía a medida que la veía alejarse, iba demasiado deprisa y no llevaba la vestimenta adecuada para montar de esa manera.
- Cersei. ¡Para Cersei! - gritó varias veces, pero su melliza o no le oía o no le quería escuchar- vamos, rápido - azuzó a su caballo -.
Ella lloraba mientras le clavaba al animal los talones en los costados, empezó a gemir de dolor mientras sollozaba sin parar. Había oído a Jaime llamarla, pero no quería parar, su mundo se acababa de derrumbar y no quería compartirlo con nadie, ni siquiera con él. Su suerte estaba echada y era la peor de las imaginables. El caballo estaba muy excitado, su estado de turbación parecía haber contagiado al animal, de repente se percató de que no podía controlarlo y entonces el pánico la venció.
Su hermana hacía cosas cada vez más raras sobre el potro de Tyrion, era un rocín muy nervioso y empezaba a galopar de un modo extraño, trató de acelerar el paso justo cuando la vio caer, entonces el pavor se apoderó de él. Llegó hasta Cersei y saltó al suelo jadeando con angustia, ella se encontraba inconsciente tirada junto a un árbol. Se agachó y la tomó sobre sus rodillas limpiándole el barro que tenía en la cara y en el cuello.
- Cersei. Cersei, mi amor, por favor despiértate - repitió varias veces sin obtener respuesta -.
Comenzó a llorar mientras apretaba el cuerpo inerte de ella junto al suyo. No te mueras, por favor no te mueras o me muero yo - dijo mientras hundía la cara en su cuerpo y comenzaba a besarlo de un modo desesperado -.
El grito desgarrado de Jaime llenó el valle.
Continuará
...
Fanfic Jaime y Cersei
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Abril 2013