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sábado, 6 de julio de 2013

Vida de una Reina. Capítulo III


 Vida de una Reina

Robert


Interior estancias Jaime. La torre de la espada. Día.

Cualquiera que no le conociese y le hubiera visto allí parado, no habría apreciado cambio alguno en su gesto, pero el señor de la Roca tenía tensa la mandíbula.

Siempre sospechó que las eternas habladurías sobre sus hijos en las cocinas y las caballerizas eran ciertas, más no lo había comprobado nunca con sus propios ojos. Recordó una mañana hacía muchos años en que Lady Joanna había acudido en su busca muy nerviosa, sin color en las mejillas y le había hecho abandonar un consejo, fue la única vez que su esposa hizo algo así. 
Cuando estuvieron solos se retorció las manos hasta irritarse la piel, era un gesto que su hija había heredado de ella; mientras deambulaba por sus aposentos le decía frases sin sentido para él  y le repitió hasta la saciedad que Jaime y Cersei no deberían volver a dormir juntos nunca, bajo ningún concepto. Pero poco tiempo después ella falleció en el parto de su último vástago y él ya no tuvo fuerzas para ocuparse de los chicos, lo dejó en manos de las septas que tenían en Roca Casterly. Mirarlos era recordar la pérdida cada segundo. Los mellizos eran su viva imagen, sobre todo la niña, por eso evitaba tratarlos, y Tyrion se la había arrebatado y era deforme, no soportaba su presencia.

Cersei gimió levemente cuando Jaime le mordió el labio mientras seguía acariciándole con cariño la tripa en la que llevaba el hijo de otro hombre. Ese suspiro de su hija le sacó de sus pensamientos. Lord Tywin decidió que debía hacer notar su presencia. Carraspeó.

Los mellizos giraron la cabeza a la vez. Cuando vio a su padre parado frente a ellos, Cersei palideció, su hermano trató de incorporarse y sin darse cuenta la tiró al suelo. – Ay –dijo ella-.

-          Por todos los Dioses, esto es esperpéntico. Levántate ahora mismo –le ordenó sin mirarla-.

Ella hizo caso a su padre, se puso en pie con toda la rapidez que pudo, le examinó y clavó avergonzada la vista en el suelo alfombrado de blanco.

-          Márchate Cersei, tengo que hablar con tu hermano.
-          Pero, pad..

No dejó que terminase, se acercó a ella y rugió en su cara.

-          ¡MÁRCHATE! – hizo amago de levantar una mano, pero cuando ella se tapó la cara él la colocó en su espalda de nuevo-. Ahora –dijo casi inaudible-.

La joven reina salió de los aposentos de Jaime en silencio. Los guardias que la esperaban en el portón de la torre observaron su gesto y decidieron escoltarla a una prudencial distancia. – Ni se os ocurra seguirme –chilló mientras les amenazaba con el dedo índice rígido- o haré que os decapiten aunque sea lo último que consiga en esta vida. Los hombres se quedaron quietos en el sitio mientras Cersei continuaba su camino sola.

A medida que andaba por los corredores del castillo su ira iba creciendo, le costaba respirar, jamás iba a ser dueña de su destino –pensó-. Contuvo las lágrimas y se dirigió a la sala del trono a buscar a Robert.

Cuando entró, el rey estaba departiendo con lord Arryn, al ver a su esposa levantó una mano indicando a este que callase. El señor del Valle se volvió e hizo una reverencia a la reina, ella le correspondió con una leve inclinación de cabeza.

-          ¿Qué quieres, mujer? ¿No ves que estoy ocupado?
-          Necesito hablar con vos, a solas…

Jon Arryn captó la indirecta, era un hombre prudente, un don nadie –meditó Cersei-. La Mano del Rey volvió a bajar la testa en señal de respeto – Majestad. Mi reina, me retiro a otras obligaciones -. Al verle marcharse, Cersei le observó y sintió una pizca de compasión por Lady Lysa, esa también tenía lo suyo con aquel marido.

Una vez estuvieron a solas, Cersei miró la sala y a su marido, ese hombre no pegaba allí, hasta su hermano Stannis tenía más porte de Rey que él. Aún tenía en los labios el sabor de su hermano; imaginó a Robert mordiéndola igual esa noche en el lecho y le sobrevino una arcada. No, como Jaime, nunca –se dijo a si misma-.

-          ¿Qué te ocurre? ¿necesitas un maestre? –Preguntó Robert dándole la espalda sin atisbo de preocupación y dirigiéndose al Trono de Hierro- bebes mucho últimamente y eso hay que saber hacerlo, querida, ja ja ja.
Sus carcajadas retumbaron en las paredes. A Cersei le vino un pensamiento que era casi una súplica a los Siete - ¿Por qué este hombre no se corta nunca con las espadas? –Cogió aire-.

-          No, no es por eso, es por otra cosa.
-          Pues cuenta y no te hagas la misteriosa, estás empezando a hastiarme.
-          Estoy embarazada – dijo la leona con tono monocorde alzando la cabeza-. Vamos a tener un hijo.

Por un segundo pareció que él iba a esbozar una sonrisa, pero no lo hizo, no sé le notaba contento. -  Ni siquiera este hecho le va a hacer quererme un poco –razonó Cersei-.

-          Eso está muy bien. Estabas tardando en darme un heredero. Creí que acabaría teniendo que conformarme con un bastardo –ahora sí se rio, y esa risotada se le clavó en lo más profundo. No reflexionó, habló directamente.
-          ¿Cómo ese Grendy? ¿A cuántas putas os habéis tirado ya en Desembarco, amado esposo? ¿Cuántos Baratheon habéis engendrado antes de nuestro matrimonio? ¿Y después? Porque a quién le gustó paladear putas una vez, le agradará toda la vida.

El rey Robert se levantó como un animal rabioso, enganchó a Cersei por el cuello del vestido desgarrándoselo y se acercó escupiendo al chillarla. Era la segunda vez que la gritaban en la cara en una misma mañana –pensó-:

-          ¿No estaréis hablando de Lyanna? MI Lyanna. ¿Verdad? ¿VERDAD QUE NO, MALDITA RAMERA?
-          No he sido yo quien la ha mencionado, Robert –dijo sin apartar los ojos de los de él-.

El golpe fue tan grande que la lanzó contra el suelo. Nada más recibirlo, Cersei supo que ese cardenal duraría semanas, al caer ya había empezado a hinchársele la cara. Su marido se dio la vuelta completamente fuera de si, agarró una jarra de vino que encontró, le tiró a ella el contenido encima y acto seguido la estrelló contra el piso. La reina, continuó mirándole desafiante, él hizo amago de darle una patada, pero cuando la vio taparse la barriga instintivamente y flexionar las rodillas, se contuvo.

-          Mi hijo va a ser lo que te libre de que te mate. Más te vale que nazca sano.

Sin decir nada más, se marchó. Cersei, ya sin valor ninguno ante el miedo de lo que pudiera ocurrirle a su bebé, aguantó un rato quieta en el suelo protegiéndose la tripa con ambas manos. 
Cuando consideró que él ya no iba a volver, se levantó y caminó hacia el Trono, se sentó y vio la mesa auxiliar con la copa de vino, extendió la mano para cogerla y frenó un segundo antes de que sus dedos rozaran el cristal, las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas, estiró de nuevo los dedos, agarró la copa, y se la bebió de un trago. Ahora sí, ya no era ella la dueña de su vida. Se acarició el vientre.



Continuará









Vida de una Reina. 
Fanfic basado en canción de Hielo y Fuego.
Los personajes y lugares son propiedad de G.R.R.Martin
ropadeletras
Julio 2013

5 comentarios:

Kahlan89 dijo...

¡¡Madre mia!! Que violencia juas juas Que fan soy de Tywin madre mia ¡Que presencia! ^^ Me he imaginado a Charles y se me han puesto hasta los pelos de punta jeje ^^
Cersei las está pasando mal si... ya se vengará... xDDD

Pd: Jaime mi amor akshdkahdkadh xDDD

Esperando el siguiente con ansia. Ánimo con el fic que está muy interesante ^^

Athena dijo...

Tywin, como dice Kahlan, vaya presencia tiene... e.e

La verdad es que la vida de Cersei como reina es para volverse loca. Menos mal que al menos tiene a Jaime cerca.

Ha sido un capítulo muy bueno, sobre todo por la escena entre Cersei y Robert, donde se ve que no se aman para nada. ¡A por el siguiente!

Cristina dijo...

Ay chicas, muchas gracias por leerlo y por comentarlo.

TYWIN VENTE PARA ACÁ, GUAPETÓN, SO BRITÁNICO <3

Kahlan: Agsgfagsñ JAIME ;) Ya sabemos que "no hay hombres como él, sólo él". Y Cersei se vengará primero de a pocos y 19 años después a lo grande, pero ahí no vamos a llegar jajaja.

Athena: graciassssss, si eso se ha trasmitido bien, me hace feliz. y lo que piensa Cersei de Lysa al marcharse Lord Arryn, ha sido en honor de tu fic.

Gracias de nuevo. Un ciber beso.

Cristina
ropadeletras. xDDD

Elora dijo...

La entrada de Tywin en este capítulo es para quitarse el sombrero. Qué porte tiene, me lo imagino entrando en cualquier habitación y todo el mundo al verlo debe sentirse como un insignificante a su lado. Y ya si nos imaginamos a Charles, para qué queremos más xDD Menuda charla habrá tenido Jaime con su padre, y no le ha dado un leche a Cersei de milagro jaja.

Me ha gustado mucho ese detalle que tiene Cersei al compadecerse de Lysa por su marido, y la escena con Robert ha sido brutal, cuánta violencia, por todos los Dioses xD

Voy a por el siguiente :D

Cristina dijo...

Ayayayayayaya que contenta que te gusta!!!!!!! Jo.

Gracias gracias gracias, por leerlo y por comentar. Me estoy quedando sin palabras, tengo ganas hasta de llorar.

Ufffff.

<3 <3 <3 Cris ;)