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martes, 23 de julio de 2013

Vida de una reina. Capítulo IV







Vida de una Reina


Jaime



Exterior muralla Fortaleza. Día.


Cada vez le costaba más andar. Llevaba cinco meses de gestación pero le pesaban en el cuerpo como si fuera a parir la siguiente semana. El calor de la ciudad y esa peste hedionda que bloqueaba los pulmones no ayudaba.

Varys avanzaba junto a ella, demasiado cerca a su parecer y le hablaba de cientos de cosas que ni siquiera escuchaba, Cersei perdió la vista en los acantilados sobre los que se encontraba la Fortaleza de piedra roja. No es rojo Lannister, pero es rojo –pensó-, buscó la desembocadura del aguasnegras.

Un “- buenos días, ser Jaime” la hizo volver de inmediato a la realidad, levantó la cabeza en el acto y se encontró a su hermano junto a una mujer. Un latigazo le recorrió la espalda, su mellizo notó el gesto y la dama que le acompañaba también se fijó en que la reina apretaba los puños. Cersei no la reconoció, debía pertenecer a una casa menor por su atuendo; ya se enteraría de quién era, por el momento no se molestó ni en mirarla para mostrar su desprecio.

-       Lord Varys, Cersei –al pronunciar el nombre de su hermana hizo una pequeña reverencia-.
-       Qué emoción veros de buena mañana por aquí, ser Jaime – exclamó Varys sonriendo-.

Cersei no veía nada emocionante en el hecho de encontrarse a su bello hermano cerca de otra mujer en la muralla, no le parecía ni emocionante ni ninguna otra idiotez que se le pareciese. Veía la expresión de la araña, su regocijo, y sólo sentía ganas de estrangularle, a él y a esa ramera que estaba con Jaime. Al darse cuenta de sus pensamientos hubo un instante en el que tuvo miedo por si misma, acto seguido decidió que no era el momento de pensar en ello. Necesitaba estar a solas con Jaime que proseguía su conversación con el eunuco mientras la joven dama miraba al suelo con las manos agarradas ante el regazo de forma intranquila.

-       El rey Robert tiene previsto su regreso para mañana, mi señor y…
-      Varys –le cortó Cersei-. ¿Seríais tan amable de acompañar a esta dama a los quehaceres en los que debiera estar mientras hablo un momento en privado con mi hermano? –El tono de la pregunta no admitía una negativa-.
-       Por supuesto alteza. Venid conmigo, mi Lady ¿de dónde sois vos? –La araña la atrapó-.

Verles alejarse le dio paz, aunque sabía que ese atrevimiento de pedirle que la dejara con Jaime a solas era información que tenía sobre ellos, no la importó, no la importaba nada. Qué se marchase con esa mujer, qué le preguntase, ya haría ella después lo que debiese.

Cuando se hubieron quedado solos Cersei se agarró al brazo de su hermano, él la sostuvo, ella comenzó a caminar pegada a su cuerpo.

-       ¿Hasta cuándo va a durar esto, Jaime? No puedo más. –apretó un poco con las últimas palabras-.
-       ¿A qué te refieres? – le preguntó mirando hacia el cielo despejado de la capital. No quería enfrentar sus ojos porque entonces ella encontraría su verdad-.
-       Llevo cuatro meses sin verte prácticamente. Te busco, entre la gente, trato de robarle segundos a mi realidad mirándote, pero tú no estás, no para mi. 

Las palabras le salieron a borbotones, no tenía ni ganas ni energía para dar rodeos. No podía más, sus eternas fuerzas para echarse cualquier cosa a la espalda comenzaban a flaquear.

-       Cersei no puede ser. Lo sabes, lo sé. Hubo un tiempo en el que creí que podía ser todo, ahora sé que no es verdad. Esto, no es verdad, ya no.
-       Sí lo es, Jaime, me voy a volver loca sin ti. –Tenía la voz entrecortada y luchaba porque no saliera una lágrima de sus ojos. Estaba perdiendo la batalla-.
-       No nos vamos a morir ninguno de los dos, no lo voy a permitir. Tú has de vivir por ese niño que algún día será rey, yo, para cuidaros a ambos.
-       Oh Jaime, Jaime. –Desprovista de toda coraza negaba infantil con la cabeza-.

Se lanzó a sus brazos y comenzó a besarle con una mezcla de amor, ternura y pasión, él trató de rechazarla, sabía que sería peor tener luego que soltarse, que despedirla. Robert volvería mañana de sus jornadas de caza y ellos dormirían tras la puerta que él tendría que custodiar. Todo lo vivido en la Roca, lo que había ocurrido en aquella posada cuando hicieron planes, la mañana anterior a que se casara con Robert, era como un sueño que se iba haciendo más lejano y más pequeño. Estaba en el corazón y en la memoria pero ya no existía, no volvería a hacerlo jamás.

Pero ella le besaba, estaba allí, ahora mismo sí era real y decidió no atender más a su cabeza y dejarse llevar por esos labios que había echado tanto de menos, esa voz que tanta falta le hacía en un mundo que no era el que había soñado desde pequeño. Donde vivía una fábula rodeado de caballeros que no eran tales y en el cual apenas se daba la vuelta recibía el odio y las burlas de gente muy inferior a él. Esa voz que le susurraba jadeos al oído.

La estrechó contra su cuerpo como pudo y hundió los dedos entre su pelo para atraer más su boca.

-       Cersei –suspiró- ¿qué voy a hacer sin ti?
-       No, sin mí no –sacudió la cabeza mientras seguía besando su cara, acariciando sus mejillas. Levantó los ojos y le miró- sin mí, nunca.

Le agarró de la mano y corrió todo lo que su barriga le permitió a buscar un sitio más íntimo tratando de no cruzarse con nadie, aunque en verdad deseaba gritarle a los Siete Reinos que amaba a ese hombre.

Llegaron a la puerta de la sala del consejo. Las esfinges valyrias de mármol negro llamaron a Cersei desde sus ojos granates.

-       Aquí –empujó la puerta-.
-       ¿Y si hay alguien?
-       No hay nadie. Lo sé.
-       Jajajaja –Jaime soltó una carcajada- ¿Lo sabes como Lannister, como reina o como mujer embarazada?

Ella le golpeó divertida y entró dentro de la estancia con él, cerró con cuidado la puerta y buscó un rincón de la sala decorada con suntuosas alfombras y decenas de tapices donde acomodarse con su mellizo. 

Notó que él frenaba y se dio la vuelta, vio la incertidumbre en sus ojos.

-       ¿Qué pasa?

-       No estarás pensando en que lo hagamos ¿verdad?

-       Pues si hablamos de lo mismo, sí lo estaba pensando.

-       Pues no puede ser.

Ella frunció el ceño y ladeo levemente la cabeza.

-       ¿Por qué no puede ser, Jaime?

-       Porque tienes una barriga muy gorda –titubeó- nunca he estado con una mujer encinta y me da… me da miedo hacerle daño al niño.
-       No se le hace daño. Robert no se lo hace así que no creo que se lo hagas tú. –Se acercó a besarle de nuevo, sonriendo,  pero él la rechazó-.

Al oír el nombre del marido de su hermana Jaime se tensó. Lo único que deseaba era hacerla daño.

-       Entonces quizás debáis esperar a que regrese de su partida de caza para que él os complazca, majestad.

Recibió el bofetón de su hermana estoico. Notó el sabor metálico de la sangre en la boca y se llevó la mano a la mandíbula, sus labios dibujaron una pequeña sonrisa.

-       Me has dado otras que dolían más, Cersei.

Jaime suspiró y giró sobre sus pasos. Salió de la estancia dejándola allí. Cersei sintió el más absoluto de los terrores, el del vacío, el de la soledad.



Continuará





Vida de una reina.
Fanfic basado en Canción de Hielo y Fuego.
Los personajes y lugares son propiedad de G.R.R.Martin
ropadeletras.
Julio 2013. Madrid. 




6 comentarios:

Athena dijo...

Menuda relación, es un tiro y afloja continuo... La verdad es que Jaime ha sido un borde .P

Kahlan89 dijo...

¡¡Me encanta!! ^^ ain...Jaime preocupándose por el bebé ¡MUERO! ^^ Cersei se ha quedado a medias xDDD

Esperando el siguiente ^^

Esther dijo...

Pero que maravilla! ese hombre es un amor!!!!!!

Cristina dijo...

Gracias a las tres por los comentarios y sobre todo por leerlo!!!!!!!!
me alegra mucho que os esté interesando la historia :DDDD

Mi pobre Cersei tiene mucho calvario encima, pero también tiene un héroe cerca que se llama Jaime. En este capítulo no ha estado muy acertado al final, bueno, cada uno con lo que sabe hace lo que puede, él también tiene mucho encima.

Un besazo, nenas. Gracias xDDDD

Cristina.

Cristina dijo...

Me, con mayúsculas, que me da todo el perezón borrar el comentario entero para ponerlo bien, a ese punto he llegado.

Mehhhhh ;)

Cris.

Elora dijo...

Ay, ay, que no sabía que tú tenías que aceptar los comentarios para que se publicaran. Madre mía, te habrás encontrado cinco o seis comentarios míos totalmente iguales xDDD Qué cuadro.

Bueno, comentando ya el capítulo, ha sido interesante y muy curioso ver a Jaime preocupado por el bebé de Cersei, ¿o quizás sea solo preocupación por su hermana? xD

Y está claro que la ha rechazado por celos, pero no creo que esa abstinencia dure mucho entre los dos ;) Voy a por el siguiente.

P.D.: Con respecto a tu respuesta en el capítulo anterior... por supuesto que me gusta tu fic, y también me gusta cómo has plasmado a Tywin ;) Espero que vuelvas a sacarlo más adelante.