Diesel.

Sé que a mucha gente le parece estúpido... Es sólo un perro... Con la que está cayendo. Con el terror, con los muertos en París, en Síria; desde hace meses, los fallecidos en el mar huyendo de la barbarie y tratando de llegar a las costas griegas... Para qué voy a seguir enumerando. En tantos otros sitios, en todas partes. Pero no puedo evitarlo, y tampoco quiero.

Deseo pensar que a lo mejor Diesel ahora ya está en un cielo sólo para perros, un cielo sin religión alguna, donde no importa ni la raza ni nada, jugando en paz, como mi Niña, o como Eskálibur. Los perros son símbolos; lo pienso desde hace años, me ocurrió a partir de conocer la historia de Laika.

Y me he dado cuenta que estaba tan en shock desde el viernes que ni había llorado, yo, que lloro por casi todo casi todo el rato. Cuando estoy contenta y cuando estoy triste. Es mi canal.
Estos últimos días he dormido poco y mal, tengo pesadillas, y aún así, no había soltado ni una lágrima y lo peor es que no era consciente de ello.

Con la cabeza a punto de estallar de sobre información y de dolor, esta mañana he visto el tuit de la Guardia Civil hablando de esa perreta valiente con el HT #Honor ante su muerte para proteger a sus compañeros, a su familia. Y  me he venido abajo, se ha abierto un grifo que me está costando cerrar.

Y lloro a ese perro, y lloro a todos los muertos, los inocentes de todas partes. Lloro por el miedo que me da la guerra. Lloro porque pienso todo el tiempo en lo que vivimos en Madrid el 11M. Lloro por toda esta locura. Y lo siento, lo siento mucho.

Me pregunto, si saben lo que son,  por qué se les venden armas. No lo pongo entre interrogaciones, no es necesario, es una pregunta retórica.

No quiero que se me olvide algo:

Mi indiferencia para aquellos que se creen en el derecho de decir por lo que puedes/debes sentir o no.

Perros, amigos, honor.

DEP

 Diesel. 

No a la guerra.