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jueves, 5 de septiembre de 2013

Vida de una reina. Capítulo X









Vida de una reina

El Heredero



Interior corredores palacio. Noche.

Los gritos se extendían por los pasillos de la Fortaleza. Era el único sonido que se escuchaba y lo estaba volviendo loco.

Los maestres, las comadronas y las doncellas entraban y salían de los aposentos de su hermana de forma continua; había preguntado varias veces por su estado sin obtener respuesta alguna.

Cuando no pudo más, decidió dirigirse a las puertas de madera. Esta vez no era él quien las custodiaba, Robert había dejado mandato expreso al abandonar la ciudad de que así fuese.

Se había jactado ante todos de que traería una cabeza de ciervo del bosque real para su primogénito. – Menuda mierda de regalo –pensó Jaime riéndose entre dientes-; aunque en realidad su risa obedecía más al hecho de que el hijo que iba a parir Cersei era suyo y no del Rey.

Cuando se encontró ante la entrada, uno de sus compañeros de la guardia real trató de impedirle el paso.

-       Lo siento, Ser Jaime, no podéis acceder al interior de las estancias reales, te- tenemos órdenes –dijo bajando la cabeza con pesadumbre-.

Jaime sonrió con sarcasmo clavando la mirada en ambos. Se limitó a ignorarlos y empujó el portón. Al entrar con los guardias detrás todos menos su hermana giraron la cabeza; el gran Maestre Picelle se acercó haciendo grandes aspavientos.

-       No podéis estar aquí, Ser…

El león de Lannister no le permitió terminar, lo apartó con el brazo y preguntó en alto mientras llevaba la mano de la espada a la empuñadura quién de ellos se proponía echarlo. Por un momento se hizo el silencio. Lo rompió un nuevo chillido de Cersei. Jaime se dirigió con velocidad hacia su lecho y cogió su mano.

-       Ya estoy contigo, ya estoy aquí.
-       Jaime… -susurró su hermana antes de tener una nueva contracción- me duele mucho, y tengo miedo.

Él besó su frente y observó su camisola empapada en sangre. La sangre de las batallas era diferente –pensó- no lo paralizaba de aquella manera, no era la de su hermana.

Un alarido gutural lo sacó de sus pensamientos. Una vieja comadrona lo empujó sin miramientos.

-       Si queréis quedaros hacedlo, a mí eso me da igual, pero no molestéis, el niño está a punto de llegar.

Cinco horas después se oyó por primera vez el llanto del pequeño. Estaba vivo; sus pulmones rugían con fuerza. Es un león -susurró Jaime aliviado-.

-       Es un niño –anunció la comadrona-.

Cersei estiró los brazos instando a que se lo entregaran.

-       Dámelo, dame a mi niño.
-       primero hay que lavarlo, majestad.
-       ¡Qué me deis a mi hijo! –bramó-.

Se lo entregaron envuelto en una toquilla dorada con un ciervo sable bordado; una de las doncellas le acercó unos paños húmedos que la reina cogió para limpiar al bebé. Lo miró con los ojos llenos de lágrimas.

-       Mi pequeño. ¿Sabes? –le dijo bajito al oído- algún día serás el rey de los Siete Reinos.

El niño se revolvió en sus brazos.

-       Marcharos todos –ordenó-.
-       Pero alteza… –trató de protestar el maestre-.
-       He dicho que os vayáis todos. Ordenad que toquen las campanas del gran Septo durante siete días con sus siete noches. Que anuncien a todo Desembarco que ha nacido el hijo del rey, y mandad cuervos, quiero que suenen en todo Poniente.

Los criados se miraron entre ellos, asintiendo, hicieron una reverencia y se retiraron dejando solos a Cersei, el bebé, y a Jaime. Sólo entonces se atrevió este a acercarse a ella. Miró al niño con adoración y esperó a que ella terminase de limpiarlo para tomarlo en sus brazos, cuando lo hizo, lo cogió como si fuese de cristal, era suyo, y era lo más bonito que había visto nunca.

-       ¿Cómo le llamaremos?
-       Joffrey, quiero que se llame Joffrey.

Se acercó a ella y besó con delicadeza sus labios, hacía mucho que no la veía tan feliz.

-       ¿Estás bien?
-       He estado mejor, pero también he estado peor.

El pequeño emitió un leve gemido. Él besó su diminuta frente y la miró de nuevo.

-       Es tan guapo como tú, e igual de rubio, jajaja. Es perfecto, mira todos sus dedos –dijo cogiéndolos con cuidado-.

Cersei observó la escena y tomó conciencia de que Jaime pretendía actuar con el niño como un padre, sintió una punzada de dolor en las entrañas al entender que tenía que frenar esos sentimientos por el bien de su hijo.

-       Jaime… No lo cojas así, pueden darse cuenta de que lo quieres demasiado para ser su tío.

Enarcó una ceja, seductor, y rozó con su nariz la cara del bebé.

-       ¿Qué? No va a ser tan fá…

No le dejó si quiera terminar la frase. Llena de una ira que él no esperaba, se levantó y se lo arrebató de los brazos apartándose después de él.

-       ¡Qué dejes de hacer el ridículo! ¡Qué no te acerques a él a no ser que sea estrictamente necesario! –Gritó protegiendo a Joffrey en su regazo como haría una leona con sus cachorros-.

Sin mirarle lanzó una última estocada a su amor propio.

-       Ahora deberías marcharte. Estoy muy cansada.

Jaime estaba paralizado. Incrédulo, hizo un último intento para convencerla.

-       Cer…
-       ¡VETE! –bramó con los ojos llenos de cólera-.

Su gesto se endureció, tensó la mandíbula y salió sin mediar palabra de las estancias de su hermana.

Las campanas comenzaron a emitir su tañido anunciando al pueblo la llegada del nuevo heredero. Cersei empezó a llorar abrazada a su hijo.



Fin.



Dedicado a todas las mujeres con destinos difíciles
Y a Jaime.






Vida de una reina.

Fan fic basado en Canción de hielo y fuego.

Los personajes y lugares son propiedad de G.R.R.Martin.

Ropadeletras. Septiembre 2013.







Nota de autor:

Gracias.

5 comentarios:

Kahlan89 dijo...

¡Me ha encantado!

Pero que pena...por favor... quitarle al niño a Jaime así...tan brusco...Joffrey hubiera sido de otra forma sí hubiera tenido un padre como Jaime, que le enseñara las cosas bien...Fue un error alejar al niño de él...al fin y al cabo...todo el mundo acabó sabiéndolo.

Pd: Jaime haciéndole carantoñas al bebé #AdiósOvarios xD

Cristina dijo...

#AdiósOvarios jajaja, ¡qué arte más grande!

MILLONES DE GRACIAS por haber estado ahí desde el principio, qué suerte tengo.

Sí es triste sí. Ella quería proteger al niño y lo hizo feo, probablemente no supo hacerlo de otra manera.

... Jaime *suspira*.

Un beso muy grande.

Cristina.

Athena dijo...

Lo de Jaime con Joffrey es adkljfafhjhf Cersei ya ha revelado su actitud posesiva con el niño, lo que marcará sus vidas.

Qué vidas tan jodidas (con perdón) tienen todos los personajes de Martin, no se salva ni uno.

Gracias por este fic lleno de tanta sensibilidad y sentimientos :3

Elora dijo...

Cersei no hizo mal en hacerle ver a Jaime que no debía actuar tan cariñosamente con Joffrey, porque sino todos habrían sospechado muchísimo. Que Robert será borracho, pero tonto no es xDDD

Pero claro, Cersei no sabe decir las cosas de una forma más suave. Y además, con esa posesividad tan enfermiza que tiene, pues casi ni le ha dado tiempo a Jaime para que tuviera al niño en brazos. Y lo cierto es que jamás volverá a tenerlo.

Me ha gustado mucho este fic, tanto como los anteriores que escribiste ^^ Gracias por regalarnos de nuevo el placer de leerte.

Cristina dijo...

Gracias chicas por leerlo y por los comentarios, ha sido un placer gigante y un honor contar con vosotras.

Hace unos días, un amigo me dijo que cuando los leones tienen que defender lo suyo, empujan.
Ella empujó como supo y como pudo, si está mal hecho o no, es algo que ya no la voy a juzgar.
Ahora toca que descanse.

Miles de besos.

Cristina.