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jueves, 6 de diciembre de 2012

Jaime y Sansa Capítulo VI


El beso


Llevaba el vestido de lana gris plateada agarrado con las manos mientras corría, llegaba tarde a sus clases de costura y no quería que la regañaran de nuevo; últimamente se presentaba con retraso a todas partes, menos a los requerimientos de Joff, ahí jamas se habría atrevido a hacerlo ni un segundo. Y en los postreros días la llamaba un montón de veces a su lado, después no la hablaba; la mantenía sentada en un rincón mirándole hacer audiencias e incluso asearse. En esas ocasiones, ella clavaba la vista en el suelo y rezaba para que él se hartara pronto de tenerla allí.
Iba tan ensimismada en sus pensamientos, que no vió al criado ni la bandeja que llevaba, ambos cayeron y las ciruelas, el pichón con cebollas y piñones, el vino, la mantequilla y los panecillos recién horneados rodaron por el suelo.
"- Ay perdone, dijo Sansa muy azorada, ha sido culpa mía, no miraba por dónde caminaba". El criado hizo reiteradas reverencias y comenzó a incorporarla "- No no, disculpe usted Lady, yo yo... Ha sido sólo culpa mía" "No, no de verdad ha..." La pequeña no terminó la frase. Como de la nada había aparecido Ser Jaime, que levantó con una sola mano al sirviente y lo estampó contra la pared. Bramó encolerizado.
"- ¿Qué le has hecho bastardo? ¿Como osas si quiera tocarla? Como Lady Stark haya sufrido el más mínimo daño, juro por los 7 que os arrancaré la lengua y las tripas y después cortaré vuestra cabeza y se la echaré de comer a los perros" Le soltó contra el suelo y de un puñetazo le partió la nariz. Sansa se asustó y trató de frenarle; justo en ese momento, recibió el impacto de su codo y chocó otra vez contra el piso. "- Ay"
Jaime se giró y la vió tirada en el suelo, el lacayo aprovechó para huir con las pocas fuerzas que le quedaban y la nariz sangrando.
El Lord Comandante se agachó y la cogió con suavidad de los brazos "¿Estáis bien pequeña?" su tono de voz, había cambiado radicalmente, ahora se le escuchaba preocupado "-¿Os he hecho daño?"
Sansa negó con la cabeza, la dolía todo, pero no estaba dispuesta a reconocerlo "Yo.. Yo estoy bien. Gracias Ser" Miró al suelo y notó como un calor extraño le subía por todo el cuerpo y se le instalaba a modo de rubor en las mejillas. Jaime sonrió, soltó una carcajada y clavó sus ojos en ella "- Mientes cada vez peor Sansita" la depositó con cuidado contra la columna y comenzó a acomodarla el pelo "-Jamás vi a nadie que mintiera tan mal pajarito" sus carcajadas se le contagiaron a la pequeña, que dolorida hasta el último músculo, se sujetaba el vientre al reir.
De pronto, observándola feliz y risueña, Jaime dejó de reirse y la miró muy serio, silencioso. Con un dedo rozó su mejilla, sus párpados, su nariz... Sus labios. Sansa ni siquiera se movía, no era capaz, mil mariposas recorrían su estómago mientras el alma le subía a la garganta y el aire se le escapaba del pecho. Él, hundió la mano en su pelo y la atrajo sujetándola con sumo cuidado la nuca, tuvo que agacharse para besarla, notó como temblaba. "¿Quieres que te suelte Sansa?" preguntó él con suavidad, ella negó despacio con la cabeza. Jaime se acercó a sus labios de nuevo y los beso varias veces, con mucha ternura. Pero hubo un momento en que no pudo contenerse más y la estrechó contra su cuerpo; sus besos comenzaron a ser más vehementes, no se atrevió a buscar su lengua pero sí acarició su espalda , mientras le clavaba los dedos.
Sansa estaba en otro mundo, en una canción; no existía nada más. Sentía que se le doblaban las rodillas, que se moría allí mismo, su cuerpo se revelaba sólo contra su cordura y su honra; tiritaba y sin poder evitarlo emitió un leve gemido.
El Capa blanca buscaba su cuello para besarlo, cuando oyó la voz.
"- Ejem... perdón... Lord Comandante" Jaime levantó la cabeza dispuesto a matar a quién le hubiese interrumpido, cuando se encontró con la enigmática mirada del consejero de la moneda. "... Siento importunar, pero la Reina os busca con premura mi Señor" Baelish miró a la pequeña, que aún estaba entre los brazos del heredero de Roca Casterly, al suelo lleno de restos de comida y la ausencia de criados. Ella reaccionó.
"- Yo... Yo, es que me he caído y Ser Jaime me estaba ayudando a incorporarme" Jaime Lannister la soltó, aunque tuvo que darla la mano para que no se volviera a dar contra el suelo. Lord Baelsih contestó sonriendo "Por supuesto Lady Sansa, ha sido una suerte que andará cerca y os evitara un mayor percance. Espero que os encontréis bien". Jaime ya estaba a su lado y sólo dijo "- Vamos, no hagamos esperar a mi hermana; nunca la gustó hacerlo".
La Norteña rezó para que él volviera una última vez la cabeza, que la mirase, que la sonriera; no lo hizo. Los vió torcer juntos la esquina y desaparecer con el sonido de sus pasos. Se tocó los labios un segundo, se recogió el vestido de nuevo y echó a correr cojeando.
Continuará
...
Fanfic Jaime y Sansa
personajes y lugares propiedad de G. RR Martin
Cristina ropadeletras
Noviembre 2012

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