Cae el sol en la Sierra de Andalucía. Sentado en el surco,
Pepe leyendo un libro a una pequeña judía verde a la que
tapa amorosamente con la hoja de un naranjo.
PEPE:
(...) Y con su loca inercia, la chavalada, asaltó
la furgoneta de la Guardia Civil y les sustrajo
el alijo de cannabis que les habían incautado previamente.
Fin.
PAPA:
Pepe ¿Es necesario contarle esos cuentos al niño?
PEPE:
Sí, que vaya aprendiendo a buscarse la vida. Mañana le voy
a llevar a una piscina de bolas para que sepa lo que va a
ver cuando sea mayor y se meta un tripi.
PAPA:
Debería jugar con tierra, con plastelina...
PEPE:
Se la come.
PAPA:
Por el Señor Potato bendito. Pepe, acabará de político,
o de guarnición en un chino, o peor, en una ensalada
moderna con balsámico de módena.
PEPE:
Eso trato de impedir. Quiero que se vaya de putas y que se juegue las
hectáreas a las cartas, como yo. Quiero que tenga futuro.
PAPA:
¿?
Continuará
...
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