Yo no había hecho ni la comunión, cuando empezó a gustarme mi vecino Juanito. Ni el era rubio, ni yo me llamaba Esther, pero jugábamos juntos y nos llevábamos bastante bien.
Tampoco es que fueramos expertos en nada, salvo en atarnos solos los cordones de los zapatos, pero a los 7 años descubrimos nuevos horizontes los dos y fuímos cubriendo incógnitas, hasta que paramos porque no había edad para andar más bases.
El caso, es que desde que vine a vivir con mis padres, de vez en cuando he pensado en Juanito, que me he enterado que como es de mi edad, ya está divorciado, ja ja ja.
Ay que lo siento, que no es que lo desee para nada; pero es que de los del baby boom, hemos aguantado poc@s casad@s. Yo no, por poner un ejemplo ;)
Yo le llamo a través del cosmos y le digo Juan... Juan. Escúchame chico. Tapity Tapity, ven a que juguemos con magia oscura o no, mejor, con la magia a oscuras...
Mi hermana dice que le vió hace poco y que está gordo como un sollo... Un naso... Que pase mil de el. Pero no sé, da igual un poco como esté, a no ser que se haya vuelto un Trol claro. Pero más que nada, es por acabar libremente lo que empezamos de pequeños sin saber y sin poder.
PD.- Me atrevo a poner todo esto; porque hace tanto que no le veo, que creo que él no sabe nada de mi, ni somos amigos en el face, ni me lee, ni ná de ná... Bueno y también porque me da igual básicamente. Ja ja ja, súper trash, súper poligonera y súper chunga de barrio bajo que me reveldongo yo. Es lo bueno de perderlo todo; que un día, te da igual. Tiras libre sin ataduras y sin nada que perder y te atreves, porque al final te das cuenta de que no pasa nada, pase lo que pase. Viva la vida!!!!
Feliz domingo!
;D
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