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jueves, 22 de noviembre de 2012

Jaime y Sansa Capítulo III


Celos


Dormitorio en el castillo. Sansa duerme en el lecho. Arde una luz.

Jaime la mira por última vez y sale sin siquiera fijarse en la criada que la acompaña día y noche al cruzarse con ella; las últimas, mientras él la observa dormir, antes de retirarse, ella espera en la puerta, vigilando a cambio de un dragón de oro y una amenaza de muerte. Recorre los pasillos del castillo camino a sus aposentos, se revuelve los cabellos tratando de aclararse las ideas. Volviéndose loco.

Desde el momento en que Cersei entró hecha un basilisco en la cámara de la mano buscándole, las cosas habían ido demasiado rápido. Tras la gran pelea que tuvo con su hermana, no se habían encontrado más y lo prefería, no le apetecía estar cerca de ella, no sabía por qué; o no quería saberlo.

Se había descubierto cien veces espiándo a Sansita, nunca antes se había fijado demasiado en ella, pero era elegante, muy guapa, con esa melena pelirroja, esos pómulos marcados, la piel clarísima, alta. Jamás le interesó nada de esa muchacha de Invernalia; los norteños eran sucios paletos. Pero en las jornadas anteriores la había observado en sus clases de canto, baile, moda, protocolo... Mierdas que le enervaban al sentirse dependiente, pero no podía evitar repetir desde la noche en que la cogió desmayada y la acostó... Hasta se había acercado a comprobar las evoluciones de su sobrina Myrcella en sus clases de costura, sólo porque sabía que la iba a ver a ella bordando a su lado. Le gustaba observarla mientras bordaba.

El día anterior incluso, había enviado a un "Capa Dorada" a una misión horrible en el muro, sólo por haber -como el consideró- clavado su vista en ella más de lo necesario. Recordó a Otelo, porque "quiso estar años matándole". No soportaba que la mirasen, que la hablasen; se le partían las entrañas cuando la veía reir con las otras Damas de la corte y no era él quien provocaba su risa.

Se sentía como el Moro de Venecia recitando "Líbrame, oh señor, de los celos; es el monstruo de ojo verde que se burla de la carne que se alimenta" 

En más de una ocasión, sus miradas se habían encontrado y ella siempre sonreía y bajaba los ojos, pero después, levantaba la vista de lado y le arrugaba graciosa la nariz, en esos momentos, tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no apartar a todo el mundo de ella a empujones, tomarla en sus brazos y llevársela a cualquier sitio donde estuvieran a solas y besarla el resto de sus días. Cuando Sansa le sonreía, se le iluminaba la cara como a un imbécil. Lo había notado, él y quienes le rodeaban.

Llegó a sus aposentos, mientras se desabrochaba la armadura. Abrió la puerta y la vio fijada en el fuego, se quedó paralizado, ella le escuchó y se volvió. "- Jaime, tenemos que hablar" dijo su hermana llena de peligrosa serenidad..


Continuará
...



Fic invento total personal
Personajes propiedad de Martin

Cristina ropadeletras
Noviembre 2012
#PonienteEspaña



2 comentarios:

Kahlan89 dijo...

adelante con el fic, que está muy interesante ;)

Cristina dijo...

Muchas muchas gracias.. De verdad.

Cristina :))