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domingo, 23 de enero de 2011

La Selva de Atocha

El microclima de la estación de Atocha es uno de los paisajes más bonitos de Madrid... Bueno a lo mejor no tanto... Quizás es que echo de menos tanto mi ciudad, que todo me parece lo mejor desde que me he ido... Eso suele pasar.

De todos modos, sí que me parece digno de ver.



Ayer. Tenía jornada doble y 2h y 1/2 entre la mañana y la tarde. No me daba tiempo a volver a Alcalá y comer... Así que ne quedé en Madrid haciendo tiempo.

Hubo un momento, en el que me dio un poco un perreque, me senté en la calle a comerme el bocadillo de jamón serrano y el plátano y me eché a llorar. No tenía donde ir, ni a quien llamar... Estoy harta de hacerlo para contar mierdas y tristezas...

Bueno podía haber llamado a mi ex ex, el que se ha quedado con Turi... Pero no me parecía justo... O a Elena, pero vive en Getafe y le han operado un pié; lo único que habría hecho hubiera sido taladrarla y ya la tengo a la pobre como los cimientos del nuevo World trade center.

Es dura la sensación de no tener muchos amigos... Aunque no es verdad. Sí que los tengo, no soy justa (y son maravillosos), pero nuestras vidas ahora tienen derroteros diferentes y nos vemos poco. Así que, después de llorar enmorecía un rato; decidí hacer algo más que compadecerme y me fuí a esta selva del centro...




Allí no hacía frío, me quité el cuello de lana, el gorro aprèss sky, los guantes de print animal y me desabroché el abrigo. Justo a mi lado, había una señora inmigrante de unos 50 años, con una cara de pena mayor que la mía.

Me puse a leer y escribir (he dejado a Sade porque no tengo yo el cuerpo para eso y he empezado Patty Dhipusa, de Pedro Almodóvar, que también habla de sexo, pero desde otro sitio que no me conmociona tanto).

Cuando llevaba allí un rato, un hombre mayor, se acercó a la señora de mi lado. Ya se conocían y empezaron un juego de "seducción" medio raro, que me llamó la atención... Pero lo que me removió del todo, fué que ella en un momento dado, le dijo al señor que se sentía sola; que necesitaba una amiga con la que poder hablar... Que estaba triste.

Nos pasaba lo mismo y no teníamos nada que ver... Aprendí una lección muy grande y se me calleron dos lágrimas... Solo dos. Tengo que parar de ser una llorona.




Como me habían sobrado 5€ de mi presupuesto semanal de 20 para vivir, decidí irme al Starbucks a tomarme un café moka blanco, con leche desnatada pero con la nata y así pasar un poco más de tiempo antes de abrir por la tarde... Quería hacer cosas normales de gente normal.

Los del Starbucks de la Plaza del Reina Sofía me conocen y me hablaron un rato, leí y me fuí al curro, con una sensación más grata de la que me esperaba. Al final, el mediodía, había salido medio bien, mejor de lo que creía. Tuve paz conviviendo con mi soledad. Di gracias.







Por la tarde, no se dio mal la tienda. Carlos vino a verme y me hizo compañía y terapia (y le conté de todo ja ja ja) y también hablé con Elena por teléfono. Gracias a los dos. Fue fantástico... Ah! y recibí un mensaje privado en el facebook que me hizo muy feliz... Más gracias.







Por la noche, volví a Rivendell (Alcalá) y en el tren, un señor musulmán, llevaba el altavoz del teléfono encendido con sus salmos del corán... A mi me interesan cero, ya os lo digo, pero me oí toda su misa durante el trayecto...

Llegué a casa, cené y me acosté; mi madre dándome consejos de vida, ya era demasiado anoche. Con todo su amor sí, pero yo no podía.

Decidí soñar cosas felices, era lo que mejor me podía hacer... Y las he soñado. Felices y divertidas, aunque el prota, era diferente a quién yo quería que fuese, uno que ni me iba ni me venía así en principio...
Tu puedes desear, pero en ocasiones la vida te coloca en otra tesitura. Por algo será, está bien. Ya me he rendido a lo que tenga que ser.









Hoy os muestro este paisaje urbano y he decidido trabajar todo el día. Mañana mando una cosa a un concurso y debo un post de moda a uno de los blogs para los que escribo de encargo... hoy no quiero pensar...

Por la tarde pasearé a la "Niña", así no me paso el día aquí encerrada. Necesito aire... Aunque preferiría que fuera el de Madrid o Ávila.

Bueno, ahí ando. Espero rehacerme pronto, pagar deudas y poder independizarme de nuevo...

A una casa mía, que gestione con facilidad y que tenga mucha luz. Con un curro próspero y felizzzzzzzzzzzzz, de esos que son una suerte de vida. Escribir tranquila en una mesa bonita, con paz y un ordenador que no pete cada "x"... Y un montón de bolis y folios y moleskines.

Lo de siempre vaya... Cosmitos venga ya porfa. Échame un cable gordo. Como dice Elena, muéstrame las señales con rótulos luminosos, sencillos y felices of course.

Voy a cantar un rato el "om brzee namaha".
(Gracias Alicia)

:)






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